La verdad duele

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Al día siguiente Yesil iba rumbo al instituto, cuando estaba cerca del parque que quedaba a pocos minutos de la secundaria, la agarran del brazo y para su sorpresa era Patrick.

-Hola, necesito hablar contigo urgentemente... vamos a sentarnos un momento para hablar cómodamente.

-Por supuesto, vamos. -la pelirroja tenía un presentimiento de que algo no estaba bien.

La seriedad del chico ocasionó que ella se pusiera muy nerviosa. Se acercó al banco, se sentó y se colocó su suéter debido a que estaba haciendo mucho frío. Luego se le quedó viéndolo atentamente para que hablara.

-Te voy a hacer una pregunta y quiero que seas sincera... -Yesil asiente con la cabeza para que continúe-. ¿Yo te gusto?

-Yo... es verdad tú me has gustado desde hace tiempo... pero tenía miedo de confesártelo. Es por eso que no te dije nada. -contestó temblando de los nervios, tenía el corazón super acelerado. Jamás se imagino que le preguntaría algo así.

-Entonces es verdad lo que dijo Jeyden... aunque hace tiempo tú también me gustaste. Pero igual por miedo no te dije, no quería que me rechazaras.

-¿Qué?... esto no puede ser cierto... dime que es mentira, por favor. -muy triste y desconcertada le respondió a la gran confesión.

-Lo siento mucho de verdad, pero todo lo que dije es cierto... lamento no haber sido valiente y decírtelo antes. -dijo el pelinegro cabizbajo.

La pobre chica no podía creer lo que estaba oyendo, fue un golpe muy duro enterarse que todo este tiempo el chico que le gustaba también sentía lo mismo; pero por miedo ninguno fue capaz de confesar sus sentimientos. Se sentía muy mal y salió corriendo del lugar; no le importo no ir a clases, lo único que quería era llorar en su habitación.

A penas llegó a su casa empezó a llorar descontrolada, se sentía muy devastada por la situación en la que se encontraba. Siempre fue muy fuerte con respecto a las emociones, aunque esta vez no lograba controlarse, sólo quería llorar y llorar.

-No aguanto más, ¿Por qué a mi? -se dijo entrecortadamente por el llanto-. Si ese estúpido de Jeyden no fuera dicho nada.

De tanto llorar poco a poco se fue quedando dormida en un profundo sueño, quizás esa seria la única forma de tener tranquilidad y paz, que tanto necesitaba en ese momento tan duro para ella.

En la tarde, Lucero apenas salió de clases tenía pensado ir a casa de su amiga, estaba preocupada ya que Yesil nunca falta sin avisar.

-Oye... -la interceptó Jeyden colocándose frente a ella- ¿Por qué no vino miss Nivans hoy?

-No lo sé, es por eso que ahorita voy a ir a su casa -respondió con preocupación-. ¿Por qué te importa tanto lo que tiene que ver con ella?

-Bueno... se puede decir que...

-Te gusta -sentenció la chica con emoción-. No te preocupes lo sé todo. Aunque te daré un consejo, no seas tan insoportable.

-Gracias, lo tomaré en cuenta. -dijo con una leve sonrisa, luego se fue.

Lucero tocó la puerta un par de veces, no hubo respuesta, volvió a tocar varias veces y por fin abrieron la puerta. La chica se quedó sorprendida, delante de ella había una Yesil desarreglada, cabello alborotado, ojos y nariz rojos, dando a relucir el largo rato que estuvo llorando.

-Amiga, ¿Qué te paso? -preguntó al entrar muy preocupada, se imagino lo peor.

-Yo... le dije a Patrick que me gustaba y... -no pudo continuar, volvió a romper en llanto.

-Calmate por favor -corrió a abrazarla para consolarla-. Cuéntame que sucedió. Sólo trata de calmarte amiga.

Le contó todo lo acontecido, estaba llorando pero más calmada, se aferraba al abrazo de su mejor amiga, la reconfotaba mucho su apoyo.

-Nunca pensé que Patrick sintiera algo por mi... fui una completa tonta. -dijo la pelirroja secándose con rabia las lágrimas, aunque otras las reemplazaron.

-No te atormentes más, lo pasado, pasado está ya y no hay nada que hacer.

-Si el gilipollas de Jeyden no fuera dicho nada... Siempre tan entrometido.

"Será mejor no comentarle nada de Jeyden" pensó Lucero.

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Hola!!

Bueno ya este es el penúltimo capítulo.
Muchísimas gracias por leer y comentar :D

Besos y abrazos :)

Enamorada de un Insoportable ChicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora