Quizás no les he contado mucho sobre mi relación con Martha.
Déjenme plantearles el panorama con simplemente esto: los acercamientos que tengo hacia Cila son mínimos, casi nulos.
Cuando me refiero a acercamientos, me quiero referir también al habla, al tacto que tengo con la mujer y las miradas que son muy importantes.
Las únicas palabras que he logrado pronunciar frente a ella son los murmuros de "buenos días" y eso que lo hago con el rostro totalmente rojo. Las otras palabras son técnicas, cuando ella me atiende preguntándome si existe alguna lesión en mi cuerpo o algo, simplemente digo "no" o "si"
El tacto, por mi parte es suave, acariciando su piel como si fuese de porcelana y queriendo registrar cada sensación que me produce en mi alma, eso lo hago cuando me pasa algún papel que tengo que firmar y con timidez lo agarró más allá para tocar un pedazo de sus dedos.
Las miradas son lo que me matan. Recorro mi mirada por todo su cuerpo, siendo sutil y limpio de mente. A veces la miro de lejos y otras de cerca pero esas veces me toca desde el rabillo del ojo. Unas veces me sostiene la mirada y luego la voltea en seguida sin darle importancia a la mirada enamorada que le brindó, otras veces ella me mira y siento que nuestras miradas son las mismas y me sonríe.
Haciéndome ilusiones.
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HUMANOS | Julian Brandt
De TodoSolo quiero que guardes el secreto porque todos somos humanos y tenemos derecho a enamorarnos. ©LiebeReus