03. Momentos embarazosos

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Hazel POV:

Empujé la puerta de mi ático y la atravesé antes de cerrarla detrás de mí con el pie.

Oí las pequeñas patas de mi cachorra y pronto ella estaba delante de mis ojos.

—Hola bebé.—Susurré mientras me arrodillaba delante de ella y le rascaba detrás de la oreja. Se inclinó hacia mi haciéndome sonreír.

Había adoptado a Azul cuando tenía alrededor de 7 semanas de edad y ahora ya tenía 6 meses. No había pasado mucho tiempo, pero en este momento, ella era prácticamente mi única familia. Azul saltó en mis brazo. Suspiró de alivio cuando mis pies tocan el piso.

Hablando de mi vida, mi ático se encuentra en el corazón de New York, es amplio y me encanta, todo el tema es blanco y gris. Entró en la cocina pensando en cuando volveré a ver de nuevo a Justin. Había sido tan extraño, pensé mientras dejaba a Azul en el suelo y me servía agua en un vaso. Quiero decir, no todos los días te caes en la calles para ser rescatada por un maldito hombre que parece que ha sido tallado a mano por los ángeles y los griegos.

No me juzguen, pero maldita sea, santa mierda. Justin, sí, el hombre que probablemente compartió 20 segundos en mi vida, es sexy como la mierda.

Ni siquiera lo conoces, recordé. Sólo sabes su nombre.

Tiendo a obsesionarme con cosas estúpidas. Sacudiendo la cabeza intentando alejar los pensamientos del Sr. Caliente rellenó mi vaso de agua.

Mi móvil vibra. Gruñendo porque mi tiempo libre es interrumpido agarró el móvil y elevó una ceja mirando el identificador de llamadas. Deslizó el dedo a toda prisa en aceptar, lo colocó a mi oído.

—¿Qué quieres?—Digo sin rodeos y oí a Trent reírse haciendo que apriete mis dedos alrededor de la copa que tenía en la otra mano.

—Oye princesa, sólo llamaba para hacerte saber que eres mi cita para mañana.—Dijo. Gemí, lo había olvidado por completo.

—¿Quién dijo que estaba interesada en ir?— Pregunté mientras rellenaba mi vaso de agua.

—Lo hiciste hace meses.

—Sí, hace meses pero he cambiado de opinión hace un par de segundos, prefiero clavar alfileres en mis ojos antes de estar a tu lado.—Le dije. Oí su gruñido al otro lado de la línea.

—Vas a ir. Estás en la lista y sabes que poco profesional se vería de tu parte no ir.

Contemplaba mis opciones porque él estaba en lo cierto acerca de lo poco profesional. Si no asistía y luego iba a buscar trabajo no habría ninguna posibilidad de que consiguiera uno. Para conseguir un trabajo de alta gama como el que quiero es difícil. Además, el baile de caridad tiene, literalmente, a toda la gente importante y mi nombre estaba en esa lista...

—Bien.

Solté un gruñido al oírlo reír a la ligera como si hubiera ganado una partida.

—Voy a enviar una limusina para que te recoja a las 7 mejillas dulces.—Me dijo y me atraganté un poco por el apodo. No me molesté en responder, colgué. Bien, mañana va a ser una noche horrible.

Narrador Omnisciente.

—No eres el que tiene que darle la mano a millones de personas.— Le dijo Justin a Jacob.

Se ajustó la corbata antes de subir a la limusina. Colocó un pie en el suelo, cuando se incorporó y levantó la vista se encontró con un espectáculo.

Miles de personas estaban esparcidos por todas partes, sin embargo todo el caos fue controlado. Adentro todo estaba ordenado y organizado, lo que a Justin le gustaba. Mientras abotonaba la parte delantera de su traje vio como Jacob caminó junto a Sienna hacia la entrada de la sala, no entendía cómo las mujeres podían venir con vestido con el frío que hacía, pero Sienna era la que hacia cosas locas para quedar bien. Reí antes de caminar hacia delante, mirando el reloj, justo a tiempo para ver a las personas extender sus grandes mano hacia mi.

Rompiendo Fronteras {j.b}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora