Capítulo 16

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-Mira esto. -Levante el zapato mostrandole el gran pegoste de barro. -O sea, mira esto. Esto lo has causado tú, pana.

Soltó una carcajada.

Baje mi zapato y lo puse en un escalón. Me quite el otro e hice una mueca por ver la parte de abajo, casi igual a su par, solo que peor.

Y Omar, pues, se estaba riendo.

Me levante con mirada amenazante y él dejo de reírse.

-Okey, ya. -Respiro y se secó la cara.- Bueno, eso no lo cause yo, pues, tu eres la que dijiste que habías visto el lobo hablando, que por cierto, no lo hemos encontrado.
Y otra cosa, no te pagare nada, ya que, por voluntad propia, fuiste a buscarlo conmigo.

-Tú insististe. Es más, cualquier cosa que nos pasara, ibas a encargarte tu, ¿no? ...Digo, con la cosa de que el hombre es el "macho" y toda esa mierda.- Rodé los ojos. 

-¿Que clase de excusa es esa? -Recrimino muy seguro.

-¿Y que clase de gente busca su muerte, se lleva a una chica consigo y luego no le quiere pagar los zapatos a esa chica tan humilde y buena que quiso acompañarlo para que no muriera? ... En otras palabras, eres un mal agradecido. Es más, mas nunca loco, hago este tipo de cosas. No, no, no.

El iba a protestar cuando mi abuela salio haciendo sonar la puerta de malla. 

-¿Niños que hacen aquí afuera? -Dijo ella secándose sus manos en una pequeña toalla de cocina. Que estaba mugriento por cierto.

-Abuela, no somos niños. -Le dije mirándola. - Bueno, él sí. -Señalé.

-Bueno, esta niña se esta quejando de todo lo que le pasa y drena su rabia conmigo. Usted sabe, lo típico. -Le dijo con una sonrisa de lado, colocando un brazo por encima de los hombros de mi abuela. -Siendo siempre una niña llorona.

Me levante de golpe.

-¡Hey, estas poniendo esta conversación en mi contra! Es mas, ¡es mi abuela! -Exclame haciendo igual que el, poniendo en los hombros de ella el poco espacio de mis brazos y jalándola.

-¡Es mi vecina! -La jalo el.

-Te repito...-Me aclare la garganta y dije mas fuerte.- ¡Es mi abuela! -La jale.

-¡Excusas! 

-¡Mentira!

-¡¿No tienes mas nada que decir, solo que es tu abuela?!

-¡¿Y tu no tienes otra cosa mas inteligente que "es mi vecina"?! - a esta ultima frase hice una mueca e imite su voz. Claro, mas exagerada.

A todo esto, mi abuela, ella pues, nos estaba mirando, al tiempo que la jalábamos como si fuera un juguete.

-Me vuelven a batuquear como si fuera un trozo de carne...- Levanto dos dedos y nos lo hundió a cada uno en la mejilla...- Y los mato. Y se van a ir con el estomago vacío. ¿Entendido?

Punto para la anciana.

-Ehh, si. Mas claro que el agua. -Me aleje acariciando mi mejilla.

-Cierto. Mas claro que el agua.- Repitió Omar cuando apartaba el brazo de su "vecina" y se quedaba viendo a la nieta de "su vecina" queriendo sacarme de quicio.

-Eres un copión descarado, idiota.

-¡Susan! ¿Que señorita dice cosas así? -Se alarmo la abuela. Desvié mi mirada y vi que Omar me estaba sacando la lengua.

-Vale, si. Ya. -Levante mi mano, y al decir eso la cabree mas. -Lo siento, lo siento. No, abuela, ninguna señorita en su sano juicio diría cosas así.

-¿Señorita? .-Murmuro Omar, lo bastante alto como para yo escucharlo.

-Estúpido.

Escondió una sonrisa mordiéndose el labio. Su lleno y rosado labio que...
Asco. ¿Qué carajo me sucede?

El hambre me esta causando que diga que sus labios son besables. Si. Tal vez.

Nos adentramos en la casa guiados por mi abuela. Nunca me ha gustado que Omar este en casa de alguno de mis parientes estando yo ahí. Me siento incomoda. Bueno, siempre me he sentido incomoda cuando se trata de el. Intimida.

Fui la ultima en pasar y Omar antes. Al caminar veo los músculos de su espalda flexionarse. Se ven duros. Tiene una espalda ancha que termina con una cadera estrecha. Muy sexy, de hecho.

Bueno, si. Ya. Lo admito. Se ve deseable.

Una vez en la cocina, abro la nevera y saco una jarra de agua. La dejo en la encimera y busco un vaso en el cajón de una esquina. Luego me voy a la mesa.

-¿Te doy una foto? -.Susurra él inclinado hacia mi oído cuando ya me estoy sentando en el comedor.

-Cállate. O sino, te voy a lanzar una silla y no me dará lastima. -Dije entre dientes. -¿No te cansas de siempre ser tan arrogante? -Susurre medio gritando.

Doy un sorbo de agua.

-No. ¿Y tu no te cansas de desnudarme con la vista? -Susurro de vuelta.

Nuestras miradas se encontraron y por un momento pensé que inconscientemente lo jalaría de las orejas y lo besaría. Para luego darle un puñetazo. Tengo alma de asesina cuando estoy con él.

Vi en su mirada que él también estaba pensando algo parecido.

Esto se interrumpió con mi abuela colocando dos platos de frijóles al frente nuestro.

-Maldición. Algo muy raro esta pasando. -murmuré.

Vi a Omar asentir con una mirada horrorizada en su cara mientras empezaba a comer.

-Espero que queden bien con este plato, ya que tus padres llegaran también sin comer, ¿vale? .-Escuche a mi abuela decir eso. O lo que entendí. 

-¿Susan? 

-Ah.. ¿Qué? .- Reaccioné.

-Están actuando raro los dos. ¿Les sucedió algo? 

A lo lejos se escuchó a un lobo aullando. Y se me pusieron los nervios de punta. 

-Ahm, no. Está todo bien. - Aunque yo misma me estoy cuestionando ahora esa respuesta. 




Los Lobos... ¿Hablan? (Incompleta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora