Ahora tengo dolor de cabeza. Esos frijoles de mi abuela siempre terminan dándome malestar, por eso no los como cuando mi mamá hace en casa. Con receta de la abuela, dice ella.
No termino de procesar lo que pasó hace un rato. Basicamente terminamos de comer en silencio y luego de ahí, cada quien por su lado...
Siento que todo lo que está pasando, no es nada más que algo para recordar lo mal que la pasé con Omar y el asco que representó la escuela en mi niñez. El niño era una pesadilla día tras día
No soy una pesimista y mucho menos una de esas chicas que intentan llamar la atención lamentandose sobre su vida. No es mi estilo.
A veces me llega a la cabeza lo del lobo. No todo tiene que ser verdad en este mundo, pero no estoy alucinando.
Y el hecho de que desapareció de la faz de la tierra justo cuando iba con Omar a buscarlo, me parece extraño. Incluso llego a pensar cosas aún más locas. Estoy haciendo un drama de todo esto. Sería más fácil solo dejarlo pasar. Me acuesto en mi cama y cierro los ojos para descansar un poco el estrés.
-No todo puede ser verdad. -Murmuro para mi misma. - Tu mente puede jugar contigo, ¿verdad?No pienses más en tonterias.
Una de las razones por la cual necesito despejarme es el interés de Omar ahora por saber más y todo conmigo ahí. Estoy en el paquete. Desgraciadamente.
En algún momento me quedé dormida tumbada en la cama y me desperté sobresaltada por un grito. El teléfono. Alguien me estaba llamando y mi tono era Diferente de Lasso. Maldigo el momento cuando decidí no ponerlo en silencio.
Me levante corriendo para que no cayera la llamada.
Estoy aquí. Te oigo hablar. Citando a gente cuyos nombres no puedo pronunciar...
Lo conseguí luego de rebuscar un poco, a un lado de mi almohada. No recordaba haberlo dejado allí. Sin embargo no me extraña. Casi siempre se me olvidaba donde metía ese aparato.
-¿Aló? -Contesté.
-¿Es eso una pregunta? -Me contestó Arianna.
-Que graciosa eres. -Ruedo los ojos.
-Lo sé. Aunque no te reiste. Aguafiestas. No estás hecha para soportar las bromas.
-Y tú para hacerlas.
-Perra.
Me reí.
-Entonces... cuentame. ¿Vendrás? -Ya me sabía la respuesta. El motivo de la llamada repentina tiene que ver con que no vendrá. O algún chisme bueno.
-1,2,3,4.
-¡Te dije que no sirves para hacer bromas!- Escuche su risa al otro lado de la línea.-Vale, vale. -Se aclaró la garganta.- A lo que iba. Ya no voy. Mamá quiere que la ayude a hacer una valla para la casa.
-Ya lo suponía. Espero que sea eso y no otro motivo que no me hayas dicho. - Escuché un suspiro lento y la estúpida se quedó en silencio.
-Dispara. Dime ya. Dame otra excusa para poder pasar tu estúpida frase de "No voy".
-No pasa más nada.
-Si pasa. ¡Dime! Tengo la corazonada de que se trata de Alberto otra vez. -Me entraba el nervio si no me decia ya.
-Bueno, ya. Me invitó... ¡A SALIR! -gritó sin tenerle compasión a mi oido. Gracias a Dios me quité el celular de mi oído unos pocos centimetros. Se escuchaba agitada y un sonido de rebote. La muy boba estaba saltando en la cama como una niña por un dulce.
-Me alegro que al patán por fin se le haya aclarado la cabeza dura que tiene.-Tenía sus razones. -Lo excusó.
-El tipo ese piensa que es demasiado bello que hasta se disculpa. Eres la única que está atrás de él, campeona. -Rodé los ojos.
-Ya. Mejor no hablar de él. Me entran los celos por defenderlo. ¿Qué hay de ti? ¿Algún manjar sabroso por ahi o te meterás a monja?Pensé en Omar. Ni idea del por qué. Necesito salir de aquí.
-De hecho, no. Basicamente he tenido estrés desde que llegue. Nada nuevo cuando se trata de estar aquí. Pero sumandole a Omar. -Suspiré masajeandome la sien con la mano libre.
- No todo es miel sobre hojuelas.Me sentía agotada. Tal vez era hora de montarme en un cohete e irme a la luna.
-Ari, te llamo luego. Iré a leer un rato.
Colgué después de que ella respondiera con un "Está bien, cariño" y un "Me cuentas luego". Terminé por poner el celular en vibrador.
Agarré la computadora y me puse a leer un libro de romance cuando sentí el vibrar del teléfono. Vi la hora que marcaba la computadora a un lateral. 8:30pm. ¿Ahora qué? Me estaba llamando un número desconocido, y normalmente no los contesto, pero me entró curiosidad.
-¿Aló? .-Respondí desconfiada.-Tengo una idea para que me muestres que puede ser verdad lo del lobo. -Comentó una voz familiar.
Omar.
-¿Cómo demonios has conseguido mi número de celular?
-Repito. Tu abuela me ama. -Oí su sonrisa.
No me extraña que la viejita le haya dado el número.
-Bendito lobo. ¿No podrias dejar el tema y ya? Podemos dejarlo en que tal vez me entró un colapso mental y solo lo imaginé. -Rodé los ojos esperando que dejara su fastidio.Escuché unos ruiditos en la ventana. Golpes. Con una piedrita. Este señor me iba a sacar de mis casillas.
Me acerqué a la ventana retirando la cortina. Lo vi con el teléfono en una mano y en la otra sujetaba una piedrita. La luna hacia que la escena se viera muy romantica. Asco.
-¿No tienes mas nada que hacer? Anda a creerte Romeo a otro lado. -Dije al teléfono mientras lo miraba por la ventana.
Dejó caer la piedra de la mano.
-Baja. Como ya te dije, tengo una idea.-Espero que no sea algo que haga perder mi tiempo. -Me alejé de la ventana. Crucé la habitación y abrí la puerta rumbo a la entrada principal. Él creia mucho si pensaba que iba a bajar por la ventana. Idiota.
Llegué a la puerta y la abri sin hacer mucho ruido.
-Para la próxima, llamas a la puerta como una persona normal. -Le di énfasis a la última palabra.-Lo queria hacer mas interesante.
-Wow, que moderno. Llamar al teléfono para despues lanzar piedras a la ventana. Si. Definitivamente, muy interesante.
-Bueno, bueno. No vine a que me enseñaras nuevas formas para bajarle el autoestima a alguien. Tengo la idea perfecta. -Dijo con una sonrisa.-¿Qué será? -Le dije sin interés mientras me revisaba las uñas de la mano derecha.
-Nos vamos de campamento.
-"Campamento" me suena a pueblo. Tú, ¿Y quién más?
-Solo nosotros. Digo, tampoco es que haya alguna otra persona con la que ir. ¿O si?
-Espera, ¿qué?¿Solo contigo? - Eché una carcajada. -Te has vuelto loco, tio. No quiero morir por ahí en la tierra donde nadie sea capaz de encontrarnos.
-Sé que vendrás de todas formas.
Maldición.
Lo sabe.
-Lo sé. -Exhalé.
Bueno, bueno. ¡Resucité! Pff, que bajo he caido. Empezar a publicar esta historia para luego actualizar un capi por año. Si, también me molestaría. Disculpen.
Este cap es súper poquito. A lo extremo. Pero buej, no tenía nada de inspiración. Ya lo tenía guardado. He escrito más, asi que...
Vamos a ver si puedo sacar esta historia del polvo y actualizar más seguido. Por lo menos no cada 10 meses. Espero no se hayan olvidado de mi.Nos leemos, amiguitas.
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Los Lobos... ¿Hablan? (Incompleta)
WerewolfYo soy Susan Rojas. Tengo 16 años y no diré cuando cumplo los 17 porque, puede que nadie quiera saberlo. Yo, como mucha gente, guardo secretos y por mucho, no soy la más popular del colegio y menos, la más nerd de la clase. Un día veo de cerca mi mu...