Ex Sumisa de Christian Grey

Capitulo 2

Mi alarma suena a las 5:00, tiempo excelente para ir a correr por la mañana, me desperezo y me levanto, me saco la pijama y me enfundo en ropa deportiva, tomo un yogur bebible antes de salir.

Está haciendo un poco de frío afuera pero la verdad no me importa, comienzo con un poco de calentamiento y cuando estoy preparada comienzo a correr, dirección centro de Seattle.

Me coloco los audífonos y me pierdo en la voz de Britney Spears, voy corriendo por la parte central de Seattle, me gusta todo tipo de música, no soy de ese tipo de personas que se queda con un solo género, corro y corro kilómetros.

Voy dirección al departamento, paso por enfrente del "Escala" personas de alta categoría viven ahí, me distraigo, corro sin ver hacia enfrente, tropiezo con alguien y caigo al suelo.

"Mierda, soy una idiota", levanto la cara y me encuentro con ese hombre de ojos grises que miré por el espejo ayer en el salón de belleza, se quita los audífonos, también trae ropa deportiva; me tiende la mano  la acepto y rápido me ayuda a ponerme en pie.

-Lo siento -me disculpo y su  semblante cambia a algo oscuro- soy una tonta.
-No hay problema ten más cuidado la próxima vez.
-Claro -me le quedo mirando y su semblante cambia de nuevo, a algo juguetón.
-Solo es una cara bonita nena -se acerca a mí dando un paso, pero me rodea y se va.

Yo sigo con mi camino, un poco confusa por lo que acaba de pasar, y sé que es jodidademente sexy, pero su semblante cambió tan rápido.

Llego al departamento y me dispongo a meterme a la ducha, me desvisto poco a poco, tocan el timbre, me coloco la bata de baño y voy directo a la puerta.

La abro y de nuevo es él, me mira, su mirada es muy penetrante; "¿Qué hace aquí?, ¿será algún acosador?", abro la puerta y lo hago pasar con un solo gesto, entra y cierro la puerta.

-¿Qué haces aquí? -le suelto con brusquedad.
-No te asustes, soy Christian Grey -se presenta- presidente de Grey Enterprises Holdings.

Me quedo boquiabierta, es el sexy multimillonario que sale en las revistas de estilo magno en toda Seattle. Trato de actuar con indiferencia.

-Bien.
-¿Cómo te llamas?
-Leila... Leila Williams.
-Así que tu eres Leila.
-Sí

"¿Por qué lo pregunta?"

Se acerca a mi con paso firme y voy retrocediendo, pero, llego al límite y choco con la pared.

-Tranquila -me dice en tono seductor.

Me posa un dedo entre en la abertura que hay en la bata de baño, por donde se llegan a asomar mis pechos, dios, que sexy es este hombre, me rindo a su toque y me desabrocho la bata.

-Que salvaje -me dice y me acerca sus labios a los míos.

Espero a que el me de el beso, pero no lo hace, me desliza la bata por los hombros, estoy desnuda y me siento salvaje.

-Leila... Leila... -retrocede unos pasos y me observa- no me conoces y ya te estás entregando a mí.
-Es lo que quieres, lo noto en tu mirada.

Abre los ojos, un poco sorprendido.

-Nadie puede ver a través de mi oscura alma.
-Yo la veo.

Se acerca a mi con rapidez y me coloca un dedo en los labios para que ya no diga nada.

-No sabes lo que dices -niega con la cabeza.

Me atrae hacia él, me da un beso lento, al final me muerde el labio, me quedo saboreando el beso y él simplemente se va.

Recojo la bata del suelo y me dirijo al cuarto de baño, me doy una rápida ducha ya que es tarde.

Me arreglo y tomo algo rápido para ir desayunando en el autobús, me coloco la mochila al hombro y salgo del departamento.

Llego a la primera clase de la mañana, mi única amiga de la universidad me recibe en la entrada del salón.

-Ya es tarde -me reprime.
-Lo sé Jane, solo que...

Decido rápidamente si le cuento lo de esta mañana o no, pero decido que no, será; como mi secreto.

-Se me hizo tarde.
-Vamos.

Las primeras horas de clases se me hacen una eternidad, no dejo de pensar en Christian, "¿Cómo por que un multimillonario se presenta en mi departamento?", un chasquido me vuelve a la realidad.

-¿En que piensas? -me pregunta Jane.
-En nada.
-¿En nada?, no has tocado tu almuerzo.

Le sonrió y me como un pedazo de emparedado para qué sea feliz.

-Ese chico, Matt, se ve que le gustas.

Dirijo la mirada hacia el chico que está sentado al otro lado de la cafetería.

-Lo dudo.
-Se te queda viendo muy seguido.
-Da lo mismo, ahorita no estoy interesada en ese tipo de relaciones, quiero probar algo nuevo.
-¿Nuevo?, espero que no entres en ese mundo del sadomasoquismo.
-Para nada.

Jane no sabía lo que decía, Jane no sabía lo que me depararía el destino.