Capítulo 11

301 5 0
                                    

Abrí la puerta, entré de poco en poco.


-¿Ch...ris... -tartamudee, respiré hondo por segunda vez- ¿Christian?
-¿Sí?


Apareció de detrás de mí, pegándome un susto de muerte, no dije nada y me quedé paralizada, sentí su respiración en mi cuello, abrió la puerta completamente y me hizo pasar de un empujón, cerró la puerta con llave.


-N...o -ahogué un grito- diablos...


No había reparado en que traía unas hojas en las manos, se acercó a mí y de una manera brusca me las entregó.


-Sé que no lo leíste, tienes un par de minutos para echarle un vistazo.


Tomé el contrato y lo hojee de inmediato, realmente no sabía que tenía que hacer, me acerqué a la puerta, dejé el contrato en la cómoda, me quité la bata de baño y la dejé caer al suelo, me coloqué de rodillas, como si estuviera rezando, mantuve la calma hasta que él me diera instrucciones.


-Aprendes rápido -se oía desde lejos- tranquila, no te haré daño.


Eso no lo sabía aún, sentí sus pisadas aproximarse a mí.


-Mírame Leila -levanté la vista hacia él- tu conducta no ha sido muy agradable.
-Lo...
-No digas nada y levántate, harás todo lo que te ordene.


Asentí, el corazón me latía a mil por hora.


-Quiero que tomes cualquier cinturón y te pegues en tu zona, quiero verte.


Se quedó parado en medio del cuarto, di media vuelta y tomé un cinturón marrón, lo sostuve entre mis manos, regresé con él y jalé a Christian, retrocedí unos pasos hasta quedar acostada en la cama de 4 postes, enredé el cinturón en una mano, primero comencé a pegarme suave, después comencé a subir de nivel, sentía dolor, me retorcía.


-No lo sientas como dolor, si no como placer.


Seguí pegándome, me imaginé alguna escena erótica, y realmente comencé a sentir placer, pero ahí fue cuando me detuvo, justo cuando llegaba al clímax.


-No nena -me dijo con voz seductora- no dejaré que te vengas.


Me tomó por la cintura, dejando mis nalgas al aire, se escuchó un rasguño, y me embistió en una sola atajada, comenzó con un suave "adentro y afuera", tomó mi trenza e hizo que arqueara la cabeza hacia atrás.


-Has sido muy mala, en esta ocasión yo seré muy malo.


Comenzaron las embestidas mucho más rápido, comenzaba a sudar todo mi cuerpo, de pronto me sentía como muñeca de trapo que no aguanta su propio peso, estaba al clímax, paró cuando el gritó mi nombre en un jadeo.

Ex Sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora