Capítulo 9

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Se viste y se va, no me extraña en absoluto, me coloco una bata para cubrirme, cuando estoy con él no me avergüenza nada, me siento segura a su lado. Hace que mi lado sexy salga, me quedo paralizada "santa mierda ¿firmé el contrato?", no sabía en lo que realmente me metía, ¿Y si me hacía daño?, saqué esos pensamientos de mi cabeza.

Tomé ropa del closet y salí a dar una vuelta a Grand Park, era un poco tarde pero podría dar una vuelta antes de que cerraran, así podría despejar mi mente.

Salí del apartamento, el calor comenzaba a filtrarse pero se mezclaba aún con el poco frío que quedaba de los meses pasados.

Después de 20 minutos de caminar y cruzar calles llegué a Grand Park, di una vuelta, no paraba de maldecir, me calmé un poco, bueno, después de todo no era tan malo, podría probar un poco de la vida de Christian y después si no me gustaba podría desaparecer de la faz de la tierra y de su vida.

Sigo paseando de entre las áreas verdes, me detengo de repente, siento como si el viento susurra mi nombre al oído, "me estoy volviendo loca", es lo que pienso y reanudo la marcha, escucho pasos acercándose a mí, no les hago caso, encuentro una banca de madera tallada en medio de la soledad y me siento a solas, escuchando el ruido de los autos, una sombra me tapa la poca luz que dan las farolas del parque.


-L...e...i...l


Trato de ver su cara, pero no se ve nada.


-Soy Jake.
-¡Ah!, Jake, me diste un poco de miedo, estaba a punto de echar a correr.
-Por favor -me dijo casi suplicando- no te vayas.
-No, tranquilo, fue una broma, vamos, siéntate.


Le hago un sitio en la banca.


-¿Cómo sabías que estaba acá?
-Te vi salir de tu apartamento.
-Espera, ¿cómo sabes dónde vivo?
-Bueno, bueno, ya... Lo admito, te investigué.


Debió haberse dado cuenta de mi cara de pánico, ya tenía alguien que me seguía y quería saber todo de mí, no quería a alguien más.


-No, tranquila, era broma.


Le di un buen golpe en las costillas, se retorció del dolor.


-Me lo merecía.
-Definitivamente
-Pues iba camino a mi departamento, te vi salir del tuyo y decidí seguirte.
-¿Porqué?
-Por que conocí a tu novio, no sabía que lo tenías...


Lo callé con un beso en lo labios, cuando nos separamos se quedó boquiabierto.


-Crees que si tuviera novio, ¿podría haber hecho eso?


Negó con la cabeza, no se esperaba eso, ni yo me había esperado haber hecho eso.


-Bueno, creo que aquí podremos hablar más tranquilos.
-Sí, bueno, comencemos a hablar.


Entablamos una conversación, estábamos en lo más remoto del parque que ni el guardia se dio a la tarea de ver si quedaba alguien en el parque, charlamos sobre nosotros, de lo que estudiamos, del futuro, de todo, fue una conversación muy animada, una llamada interrumpió la plática.

Saqué el teléfono del bolsillo, vi el nombre de Christian en la pantalla y rechacé la llamada, coloqué el teléfono en modo silencio y lo volví a meter.


-Creo que deberíamos irnos Leila, estás temblando del frío.


La verdad es que no me había dado cuenta, asentí y nos levantamos, caminamos a la salida, como era de esperarse, estaba cerrada.


-¿y ahora que hacemos? -le pregunté- creo que no hay otra salida.
-Echemos un vistazo.


Recorrimos el parque completo, había unas rejas, tal vez podríamos saltarlas, llegamos hasta ellas, pero para nuestra buena suerte, alguien había roto unas cuantas y había un hecho un hoyo, salimos por ahí, no había nadie en las calles, unas cuantas personas paseando a sus perros o corriendo, reanudamos la marcha, íbamos muy callados, creo que se nos habían acabado los temas de conversación, cuando llegamos a mi apartamento lo paré colocando una mano en su pecho.


-Llegamos a mi apartamento.


No aparté mi mano de su pecho.


-Bueno, te veo después ¿está bien?
-Claro, eso me encantaría.


Se acercó a mí y me besó, sentía su pasión por mí, sé que lo acababa de conocer, pero realmente lo sentía, nos apartamos y se alejó.

Me quedé un momento en la acera hasta verlo desaparecer en la noche, saqué las llaves del bolsillo, cuando estaba tratando de abrir la puerta sentí una mano apretar mi codo, tomó las llaves y abrió la puerta, me hizo entrar de un jalón, prendió las luces del apartamento.


-Christian...


Retrocedí unos cuantos pasos, pero se colocó enfrente mío, presa del miedo me quedé en mi lugar, colocó sus manos alrededor de mi cuello, me miraba, su mirada ardía.


-Eres solo mía...


Las palabras quedaron suspendida en el aire, apretó un poco más sus manos alrededor de mi cuello, coloqué mis manos en sus brazos, se oscureció su mirada y me soltó de inmediato.


-Tu debilidad -sonreí- eres muy débil...


Me tomó de las manos y me sacudió, estaba furioso de nuevo.


-No vuelvas a decirlo.


Me empujó, casi pierdo el equilibrio, se coloca a espaldas de mí, me acerco, cuando voltea lo abofeteo, retrocede.


-Yo no soy tuya...y jamás lo seré.
-Lo eres ahora que firmaste el contrato.
-No soy tuya, soy tu jodida sumisa por 3 meses, solo 3 meses, después de eso, jamás me volverás a ver, ahora quiero que te vayas.


Se queda en silencio y se va, me siento en la silla de la barra del desayuno, me comienzan a brotar las lágrimas, solo 3 jodidos meses, podría soportarlo, me estaba gustando ese jodido cabrón, pero con lo que acababa de pasar, me prometí que aplacaría mis sentimientos por ese jodido cabrón.

Ex Sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora