Ex Sumisa de Christian Grey

Capítulo 17

-No sabes realmente lo que ha pasado conmigo -la mirada la clavé en la ventana- tal vez sepas que estuve en rehabilitación.

-¿Entonces hay algo más?

Asentí, me decidí a sentarme en la cama, Christian me ayudó para que me pudiera incorporar, los pies me quedaban suspendidos en el aire, jugué con ellos.

-Leila... mi madre era una puta adicta al crack

Lo miré, había bajado la vista y parecía dolido.

-Si no quieres contarme, no hay problema.

-Ella murió por una sobredosis, no quiero que te pase lo mismo -levantó la mirada y nuestras miradas chocaron.

-No pasará, solo pido una cosa, no quiero que me trates cómo a una prostituta.

-Leila, no digas eso, jamás me ha pasado eso por la cabeza, eres mi sumisa, son tan diferentes los mundos.

-Pues a veces siento que no es así, no quiero que vuelva a ocurrir lo que pasó, solo eso, ¿está bien?

-No volverá a pasar, te lo prometo.

Se levantó de la cama y salió de la habitación, lo miré salir y no me había dado cuenta que se encontraba desaliñado y con la misma ropa desde hace dos días, ¿no había ido a trabajar por ella?

Creció una esperanza de que pudiera tener algún tipo de relación con él, aunque sabía que no debía ilusionarse, traté de levantarme, pero mi organismo estaba en proceso de recuperarse, así que al instante caí al suelo, sin ganas de hacer nada, me quedé sentada ahí, tomé el celular de la mesita de noche, miré los mensajes que tenía de Jane preocupada y las 50 llamadas de Jake, marqué el número de Jane.

Sonó y Jane no contestó, marqué el número de Jake  en seguida contestó.

-Leila, ¿estás bien?, hace 3 días que no sé nada de ti, me tenías preocupado.

-Jake, estoy bien, perdón por lo de la cita del 14, pero me entró el miedo y salí corriendo, esa es la verdad.

-¿Porqué? ¿No te agrado?

-Claro que me agradas, eres un chico muy dulce pero no te merezco, además de que...

-¿Estás saliendo con alguien más?

-No podría decirle "saliendo" pero básicamente... sí

-¿Él no? ¿Él que irrumpió la otra vez en la cafetería?

-Sí

-Bueno, Leila, sabes que estaré para lo que necesites

-Gracias por entenderlo Jake -me escocían los ojos, las lágrimas se comenzaban a agolpar- suerte

Colgué sin dejar hablar a Jake, volví de nuevo a insistir con el número de Jane, pero nada, ¿la odiaría?, la llovizna comenzaba a resbalar por la ventana, el cielo se había vuelto de un gris oscuro, y la habitación ya no se encontraba iluminada y se veía cubierta en las penumbras, volví a sentirme mal de manera emocional, no quería hacerle más daño a nadie, así que la decisión estaba tomada, se iría cuando se recuperará completamente.