Capítulo 6

384 7 5
                                    

Comienzo a dar pasos hacia atrás, él solo me sigue con la mirada y manteniendo una distancia prudente, "mierda, tengo miedo", corro al baño y me encierro, él corre y solo se oyen los golpes.


-Leila, abre la puerta- suena enojado- vamos, ábrela.


Me siento en la orilla de la bañera y no sé que hacer, me doy cuenta que la puerta que da al cuarto está abierta, me abalanzo sobre ella para cerrarla, pero él con su fuerza me empuja y caigo al suelo.

Me voy arrastrando hasta que choco con la pared, me hago un ovillo.


-¡LEILA! -gritan desde el otro lado.


Lo tengo enfrente a punto de golpearme, pero escucha la voz y se detiene, Dios, me alivia escuchar su voz, sale del cuarto de baño.


-¿Qué haces tú aquí?
-Eso no te importa, ¿Dónde está Leila?
-Te da lo mismo, ¿no?


Se escuchan pasos que se dirigen a donde estoy, entra al cuarto de baño y todo rastro de sangre se va de su cuerpo, las manos las tiene en un puño, sale y se dirige de nuevo a la sala de estar, me limpio las lágrimas con el dorso de la mano, corro para detenerlo, pero es imposible.


-Eres un maldito hijo de puta -le suelta un golpe- ¿cómo te atreves a venir así?
-¿Quién eres tú?
-Por favor -me interpongo, pero un golpe llega a mi cara- por...


Caigo al suelo algo mareada.


-Ahora si maldito -lo golpea y lo agarra del cuello- será mejor que te vayas antes de que llame a la policía.
-Por favor... -trato de hablar- vete.


Él se suelta de su agarre y sale del departamento dando un portazo.


-Leila -me levanta entre sus brazos y me lleva a la cama- te curaré.


Mi nariz sangra y tengo el labio hinchado, entra al cuarto de baño y sale con muchas cosas en los brazos, todo lo deja en la mesita de noche.


-Que bueno que veniste -le sonrío levemente.
-Que bueno que vine, si no ese maldito hijo de puta te hubiera matado.


Toma un poco de algodón y lo moja en alcohol, me cura el labio, hago muecas por el ardor, toma otro algodón y limpia la sangre, sigue curando con el algodón, me mira con ternura.


-Gracias.


Se levanta de la cama y está dispuesto a irse, le tomo la mano.


-No te vayas -lo miro con súplica.
-Está bien, me quedaré.


Ex Sumisa de Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora