Ex Sumisa de Christian Grey

Capítulo 3

Acabaron las clases de ese día y tenía proyectos de pintura para entregar el fin de semestre, tenía que concentrarme para los exámenes, era mi penúltimo año en la carrera de Artes Plásticas.

Llegué al departamento, papá y mamá me compraron este departamento para que me quedara más cerca la Universidad; llegué y dejé las cosas en el sofá, me quedé un rato recostada en el sofá, comencé a divagar sobre lo de hoy en la mañana, me comencé a quedar dormida.

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-Vamos Christian, ¿por qué haces eso?

Nos veíamos a los dos en un cuarto de sadomasoquismo, había látigos, cinturones, una cruz de madera, y otras cosas más de tortura-placer.

-Me encanta verte así.

Estaba pegada a la pared, "mierda que es todo esto"

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Me desperté sobresaltada y sudando, "que fue toda esa mierda", me levanté y fui a la cocina por un vaso de agua, mi estómago me comenzó a doler, tengo hambre, iré por algo de comer.

Tomo mi cartera y las llaves, salgo del departamento y voy a mi restaurante italiano favorito.

Llego y el olor a pan de ajo inunda el local, estoy esperando en la fila para pedir mi pasta favorita, llego y el chico que me atiende está muy lindo, después de tanto tiempo un chico me llama la atención.

Me toma mi orden y me da el ticket de compra, al reverso está su número telefónico, le sonrió y tomo mi orden que ya está dispuesta en la barra, salgo del local y un brazo me detiene.

-Señorita Williams -me habla una voz un poco grave y raposa - la señora Lincoln quiere hablar con usted.

Me conduce a un carro muy lujoso, un BMW de último modelo, abre la puerta de atrás y hace que me suba, él se sube a la parte del conductor y coloca en marcha el carro, comienza a conducir y no sé a donde vamos, salimos un poco de Seattle, a las afueras viven personas que tienen bastante dinero.

Recorrimos una serie de casas muy lujosas, llegamos a una increíble mansión, el chofer se bajó, tomó mi bolsa de comida y me ayudó a salir.

-La señora Lincoln la está esperando en el recibidor.

Caminé por largo pasillo que daba a la puerta principal de la casa, un señor que se encontraba a la puerta, la abrió,  y ahí estaba la señora Lincoln, pero no estaba sola, ahí estaba él, Christian.

-Leila -Elena se acercó a mí y me recibió con un caluroso abrazo- me alegra qué no te hayas resistido.
-No hay problema -sonreí.

Christian se colocó a lado de Elena.

-Leila, te presento a Christian.
-Creo qué ya nos conocemos -Christian me tomó la mano y besó mis nudillos- hola de nuevo.

La temperatura en mi cuerpo subía a una velocidad impresionante, "mierda"; solo pude sonreirle.

-Bueno ya no hay caso que los presente - nos sonrie a ambos- pasemos a la biblioteca.

Nos condujo por un pasillo algo largo, al final había dos puertas, las abrió y dentro había una biblioteca enorme.
Nos indicó unas sillas al frente de un escritorio de madera, Christian y yo nos sentamos en la sillas y Elena al otro lado del escritorio.

-El motivo del por que estás aquí -comenzó a decir a Elena- es que Christian necesita una nueva sumisa.
-¿Sumisa? -pregunté algo avergonzada por mi ignorancia- lo siento...
-Sí -me dijo Christian- serías como mi esclava sexual.

Me ruboricé, "¿su esclava sexual?"

-Te explicaré Leila -me dijo Elena- serás la sumisa de Christian durante 3 meses, se te dará dos contratos,el primero es un acuerdo de confidencialidad; el segundo, es un contrato sobre lo que hacen las sumisas, tú puedes remover cosas, eso ya sería entre Christian y tú.

Le sonreí a ambos, para que no notaran mi nerviosismo, "debo informarme sobre eso", Christian se levantó de la silla, yo seguí y después Elena.

Christian me tomó de la mano, seguimos a Elena de vuelta al recibidor. 

-Bueno, por ahora los dejo, tengo papeleo que hacer -se acercó a mi y se despidió de un beso en la mejilla- espero verte pronto.
-Yo también espero verte pronto Elena.

Se acercó a Christian, lo abrazó y le susurró algo al oído, se separó de él y se fue.

-Vamos -volvió a tomarme de la mano- Taylor nos llevará al Escala.

Salimos al largo pasillo de entrada, un hombre fornido nos esperaba con la puerta abierta trasera del coche.

Entré al coche, le dijo algo al señor y se metió al coche y cerraron la puerta tras de él, el chofer tomó su lugar y colocó en marcha el coche, Christian pasó por encima de mi para poder tomar el cinturón de seguridad y abrocharlo.

-Así no te podrás ir

Hizo lo mismo con el suyo, solo veía el paisaje, todo esto era muy raro y extraño para mí, sabía algo sobre el tema, pero no lo suficiente.

"¿Ser sumisa del multimillonario Christian Grey?", sonaba tentador...

Volteé a verlo y me lo encontré mirándome, su mirada no me intimidaba, no me asustaba su vida oculta, podía jugar su juego.