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Concord, Massachusetts

(En la actualidad)

- Megan, llego Ryan- escuche desde mi habitación el grito de mi abuelita. Me dirigí hacia mi puerta para contestarle.

- Voy, no tardo.

Aun no acababa de arreglarme, después de varios cambios de ropa y de una lucha interminable con mi armario, elegí una falda de mezclilla, con una blusa color blanco cubierta por un suéter azul marino y unos flats color gris, como la pashmina que me pondría al salir de casa.

Estaba de frente a mi espejo acomodándome el cabello, ayer tenía miedo de un cambio pero hoy creo que el cambio valió la pena. Un poco de rímel en las pestañas hace que mis ojos color marrón se vean más grandes, me pongo un poco de brillo en los labios y estoy lista.

Me dirigí directo a la cocina, ahí debe de estar mi abuelita obligando a Ryan a comer algo y aun que el ya haya comido siempre sede ante ella.

Cuando entre a la cocina efectivamente vi a Ryan con su chamarra del equipo de futbol, sentado en la mesa comiendo un plato de hot-cakes, mientras mi abuelita sirve otro plato.

- Me... Me.- Ryan tartamudeaba un poco siempre que algo lo ponía nervioso.- Megan pero qué bonita te ves. Te queda muy bien ese corte.- término de decir Ryan con una sonrisa y al parecer no le importa que el maple siguiera cayendo en sus hot-cakes casi ahogándolos.

- Te ves muy bien Meg pero ahora debes sentarte a desayunar.- dijo mi abuelita

- No puedo, se nos hará tarde.

- Deberías levantarte más temprano para que no pase eso.

- No se preocupe señora, yo veré que Megan coma algo antes de clases.- dijo Ryan levantándose.

- Está bien, es el primer día de clases y no quiero que lleguen tarde.- mi abuelita quito el plato de Ryan de la mesa. Fue hacia la estufa y saco algo de la repisa. Se acercó a nosotros.-Toma Ryan y este es tuyo Megan.- nos dio un toppers a cada uno.- Pueden comerlos en el camino y así estaré más tranquila al saber que no empezaran las clases con los estómagos vacíos.

- Gracias señora.- le contesto Ryan.

- Gracias abuelita.- le dije dándole un beso en la mejilla. Salimos de la cocina encaminándonos a la salida.

- ¡Megan!- se escuchó un pequeño grito de mi abuela. Nos alcanzó en la puerta.- Se me olvidaba decirte que iré a Boston a entregar unos pedidos y no regresare hasta la noche.

- ¿Y la pastelería?

- Abriré mientras termine el pedido así que quiero que tú y tu hermana estén en casa después de clases. No quiero que estén solas por la calle y menos con las desapariciones que ha habido.- mi cara era de disgusto, no quería encerrarme en la casa después de clases además eso de las desapariciones no se sabía si eran ciertas.

- Pero hoy, el equipo tiene practica.- le reproche a mi abuelita.

- No Megan necesito que tú y Chelsea estén en casa después de clases.

- Señora.- dijo Ryan.- Si me permite después de la practica yo puedo traer a Megan y a Chelsea a casa.

- Anda mami.- así le decíamos a mi abuelita Chels y yo- Chelsea puede llegar a la práctica y después de ella te prometo que regresamos a casa.-mi abuelita se nos quedaba viendo a los dos.- Por favor.- le suplicaba.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora