A la mañana siguiente Ryan paso por mí para llevarme a la escuela, todo iba igual que siempre hasta que Max no se presentó a Historia, le mande varios mensajes pero no me contesto ninguno.
- Hola chicos.-Ryan y yo estábamos en mi casillero. Volteamos y nos encontramos con Dylan
- Hola ¿Cómo estás?- le pregunte pero se veía bastante bien. No tenía ningún golpe y eso ya era bastante extraño.
- Estoy mejor que nunca, aunque me duele un poco la cabeza y el cuerpo.- tal vez los golpes no pudieran ser visibles pero sin duda los estaba sintiendo.
- Pues deberías dejar de tomar como lo haces hermano.
- Es que tu no disfrutas esta vida Ryan.- dijo Dylan algo fuerte y alzando sus manos
- ¿Qué hay chicos?- Robert Lee apareció interrumpiendo. Me sentía tan inquieta e incómoda de tenerlo enfrente de mí.- Supe que te sentiste mal en la laguna Megan. ¿Cómo sigues?
- Ya mejor Robert, gracias.- le conteste haciendo una pequeña sonrisa.
- Robert saco a Dylan del bosque.- dijo Ryan.
- ¿Cómo? ¿Por qué?- pregunte.
- Digamos que observe como Dylan se internaba en el bosque, estaba bastante ebrio, después de tiempo no regresaba así que fui a buscarlo y lo encontré tirado.- dijo Robert. Era un mentiroso ni siquiera lo vi en la laguna cuando llegamos y quizás solo dijo eso porque sabía que había estado ahí observando cómo golpeaba a Dylan y como un caído salía de aquel joven.
- Si eres todo un salvador.- dijo Dylan.- Ya vámonos quizás logres salvar clases.
- Cállate Dylan, y si ya vámonos.- le dijo Robert dándole un golpe. Era raro porque se llevaban de la misma manera, como cualquier otro joven con sus amigos, golpeándose un poco sin hacerse daño, quizás Dylan no recordaba nada, además podría ser el exterior de Robert, aquel chico alto, moreno de cabello negro incluso sus ademanes eran los mismos pero sabía que en su interior solo se encontraba un caído.
Algunas clases pasaron y aún no había ninguna señal de Max, esperaba que nada malo le hubiera pasado. Llego el almuerzo
- Cuéntamelo todo Meg.- me dijo Sam mientras tomábamos asiento.
- ¿De qué hablas Sam?- mire de nuevo mi celular esperando que Max diera señales de vida.
- No me hagas suplicarte Megan, sabes de que hablo.- Sam juntaba sus manos.
- ¿Qué quieres saber?- le dije con una sonrisa
- ¿Ya se besaron?
- Vamos Sam, no queremos oír eso.- Ryan apareció y se sentó en la mesa
- Tú no lo quieres saber, pero yo si.- le contesto Sam. Ryan volteo los ojos.- ¿Por cierto a donde esta Max? no lo he visto.
- Estamos mejor así.- susurro Ryan ahora Sam era la que volteaba los ojos. Era muy chistoso verlos pelear.
Sonó mi celular me apresure a tomarlo. Era un mensaje, lo abrí pero este era de Margaret "Buenos días mi niña, ¿estás bien?", me había olvidado de ir con Margaret en toda la semana y estaba segura de que me llevaría un fuerte regaño, no por no haber ido sino que sabría por mis pensamientos lo de Max.
- Ya llego Max.- susurro Sam dándome un codazo impidiendo que le respondiera a Margaret.
Inmediatamente voltee la mirada a la entrada de la cafetería, Max estaba entrando me miro y sonrió. Caminaba hacia nosotros cuando Lauren se le lanzo a sus brazos una reacción desagradable apareció en mi cara pero desapareció instantáneamente cuando Max se la quitó de encima y siguió caminando hacia nosotros.
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Abismo
FantasyMegan Moore y su pequeña familia siempre han vivido en Concord, un pueblo muy tranquilo ubicado en el estado de Massachusetts, pero extrañas desapariciones comienzan afectar la tranquilidad de este lugar. La vida de Megan dará un giro de trescient...