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La semana fluyo con tranquilidad, la promesa que le había hecho a Margaret de mantenerme alejada de Cemons, hacia lo posible por cumplirla, pero él lo hacía tan difícil. La clase de Literatura no fue la única en la que Cemons había elegido sentarse en el pupitre detrás del mío, tal vez para molesta o comprobar si me causaba alguna reacción. Había veces que sentía como rozaba mi cabello con su pluma, no me decía nada pero el simple hecho de sentir su mirada clavada en mí era bastante incómodo. En Historia y Literatura parecía que competíamos, era bastante inteligente y no me sorprendería que se debiera a que hubiera estado en alguna guerra famosa o cuando publicaban por primera vez alguna obra literaria, de nuestro proyecto no hemos hablado, aún seguía con mi insistencia de querer cambiarme de pareja o de hacer el proyecto sola pero el profesor Miller se negaba.

La fiesta en la laguna es hoy, me dejo más tranquila que Ryan me recordara durante casi toda la semana que estaríamos bien que no habría ningún peligro si asistíamos.

Ryan paso por Sam y por mí a mi casa, después de conducir por alrededor de treinta minutos llegamos. Observamos algunas camionetas y carros estacionados al inicio del bosque, para llegar a la laguna teníamos que atravesarlo. Sam y yo sabíamos el camino hasta la laguna debido a que en algunas ocasiones y más en las vacaciones de verano veníamos con su mamá, Chels y mi mami. Nos gustaba recorrer el bosque y nadar en la laguna, era como nuestro día de chicas, después de la muerte de la mamá de Sam hace dos años esto cambio un poco solo llegábamos a venir Sam, Chels y yo, pero de noche nunca habíamos venido. Caminar solos por el bosque guiados por las pequeñas antorchas que alguien había dejado me daba mucho escalofrió era un lindo escenario quizás para el baile de la noche de brujas además comprobé que la mente es muy poderosa ya que comencé a escuchar ruidos extraños y a sentirme de nuevo vigilada. Tome a Ryan con fuerza del brazo.

- Tranquila Meg.- me dijo quizás sintió que lo apretaba. Sam se rio pero después de que escuchamos un ruido corrió con nosotros.

- ¡Buuuu!.- Dylan apareció con un gran salto, nos hizo gritar a Sam y a mi.- Tranquilas chicas no voy hacerles nada que no quieran.- la broma de espantarnos no me dio tanta gracia ni a mí, ni a Ryan pero lo que dijo al parecer iba dirigido hacia Sam.- Me alegra que hayan venido. Vengan es por aquí.- abrazo con uno de sus grandes brazos a Sam mientras Ryan y yo caminábamos atrás de ellos.

Poco después llegamos a la laguna había alrededor de treinta personas, todas de la escuela. Se escuchaba algo de música, había pequeñas antorchas como las del camino, algunas tiras de pequeños focos arriba iluminando un poco más y en medio estaba la fogata.

- ¿Una cerveza?- Dylan nos preguntó.

- No gracias.- le conteste

- Vamos Megan una cerveza no te hará perder el conocimiento.

- Ya déjala Dylan.- le dijo Ryan dándole un codazo

- Brrrr, que aburrido. Pero está bien solo porque me caes muy bien Megan.- al parecer Dylan llevaba más de una cerveza.- ¿Y tú Sam?

- Una por favor.- Sam le contesto con una sonrisa coqueta. Dylan le guiño el ojo y se retiró hacia la mesa que se encontraba a unos metros de la laguna.

- Creo que ayudare a mi hermano.- Ryan volteo a vernos y después siguió a su hermano.

Sam y yo encontramos un lugar para sentarnos en la fogata, era nuestra primera fiesta en la laguna. Observábamos hacia nuestro alrededor y las personas que no estaban bailando, bebiendo o sentadas alrededor de la fogata se encontraban nadando en la laguna, también había varios chicos sentados en la orilla de esta y un singular chico en la fogata que junto con su guitarra armonizaba un poco la velada.

AbismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora