La práctica había terminado
- Hola chicas.- dijo Max cuando llego a las gradas.
- Hola Max.- le contestaron Sam y Chels. Se acercó a mí.
- ¿Te dejaran estar en el juego del fin de semana?- le pregunto Sam.
- Si al parecer necesitan mi ayuda creo que no les fue muy bien el sábado pasado.
- Eso no hubiera pasado si hubieras estado aquí para ese juego.- apareció Ryan en las gradas.
- Es cierto Ryan no sabes cómo lo siento pero tenía que hacer cosas más importantes.- algo de sarcasmo se escuchó y sentí como me apretó un poco la mano.
- Bueno chicos ya es hora de irnos.- interrumpió Sam.
- Si vámonos.- dijo Chels
Bajamos las gradas, Max me ayudo dándome su mano. Nos encaminamos a los carros, aun que Chels iba con Ryan delante de nosotros este aprovechaba cualquier momento para voltear a vernos, sabía que no le gustaba la idea de que Max hubiera regresado pero a la vez siento que se alegraba por mí. Sam le hacía señales de que apartara la mirada de nosotros y la regresara hacia el frente.
- No estoy acostumbrado a ser vigilado.- me dijo Max al oído.
El carro de Max estaba estacionado enfrente de la camioneta de Ryan. Todos nos quedamos en medio de estos.
- Bueno, me dio alegría verlos a todos.- Max me abrazo de la cintura.- Ahora tengo que recuperar el tiempo perdido con mi novia.- el único al que no se le veía gusto en la cara era a Ryan.
Me despedí de Chels, de Sam y le pedí amablemente a Ryan que dejara a Chels en la pastelería, después cada quien se dirigió al carro que le correspondía. Max me abrió la puerta para que pudiera meterme, cuando Max fue hacia la puerta del conductor Ryan lo llamo. Solo podía observar a Chels y a Sam observando desde las ventanas de la camioneta de Ryan quizás esperando lo que yo, un indicio de alguna pelea pero después de algunos minutos Ryan fue directo a su camioneta y Max subió al carro.
- ¿Qué te dijo?- le pregunte a Max cuando arranco el coche.
- Digamos que me ha dado a entender que si me vuelvo a ir o te provoco algún sufrimiento me buscara por todo el mundo para hacerme pagar.
- ¿Y tú que le has dicho?
- Le he dicho que no pienso provocarte algún sufrimiento además si pretendo irme te llevare conmigo.- hizo una pausa, dejándome sorprendida con lo último que había dicho.- Eso no le gustó mucho pero así son las cosas además le agradecí por cuidarte mientras estaba afuera y por comprarte helado.
- ¿Cómo supiste del helado?
- Se otras cosas, como el hecho de que visitabas la laguna y tu regreso a observar los entrenamientos. No creerías que iba a dejarte sin protección ¿o sí?- no dije nada.- Mael era el encargado de estar al pendiente de ti y de que no te pasara nada durante mi ausencia.
- ¿Mael?- pregunte.
- Es el caído que se encuentra vinculado a tu amigo Robert.- sentí un pequeño escalofrió.- Confió mucho en él, sé que a pesar de que los caídos se convirtieron en eso porque traicionaron a tu Dios estoy convencido de que Mael no me haría algo así, además odio admitir que ayuda bastante el sentimiento que Robert siente por ti.- me moví incomoda en el asiento.
- ¿Y Alex y Melisa...?- volteo a verme
- Espera a que lleguemos a la laguna.
No tardamos mucho en llegar a la laguna. Max llevaba su mochila colgada en su hombro mientras me tenía tomada de la mano. Mientras caminábamos hacia la laguna me volteaba a verme regalándome su sonrisa torcida.
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Abismo
FantasyMegan Moore y su pequeña familia siempre han vivido en Concord, un pueblo muy tranquilo ubicado en el estado de Massachusetts, pero extrañas desapariciones comienzan afectar la tranquilidad de este lugar. La vida de Megan dará un giro de trescient...