Recuerdos

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Con paso lento avanzábamos por las calles, cruzábamos pocas palabras mientras caminábamos el uno junto al otro, de pronto nos encontrábamos en la entrada de aquel parque donde la vi por primera vez, ~donde escuche ese "te quiero"~ pensé mientras suspiraba.

–sucede algo? – pregunto Kotomi intrigada por mi suspiro

–No... nada– le conteste tratando de no darle mucha importancia a mis pensamientos sobre ese primer encuentro

–muchas cosas han pasado desde que llegue a esta ciudad– dijo casi en un susurro, dude si eso me lo estaba diciendo a mi o solamente hablaba para sí misma, ~y valla si han pasado muchas cosas~ únicamente pensé esas palabras ya que si las decía quizás cometería un error.

–aún tenemos algo de tiempo... podemos entrar? – pregunto ella con voz dulce, era casi imposible decirle que "no", además desde un principio pensaba en pasar por el parque

–Claro... vamos– dije asintiendo con la cabeza

Con paso lento nos adentramos en aquel pacifico parque, me sentía más nervioso con cada paso que daba, mi mente divagaba entre ese momento y lo ocurrido tiempo atrás cuando la encontré dormida.

–Está muy tranquilo aquí– dijo ella después de un rato de silencio desde que entramos

–si... casi nunca hay gente aquí– dije en forma de respuesta, aun cuando no sabía si su frase era dirigida a mí, seguimos caminando por aquel sendero hasta que llegamos a aquella banca donde la vi por primera vez, mientras ella seguía caminando, yo me quede parado viendo a la banca mientras en mi mente se recreaba aquel primer momento, ese "te quiero" que escuche tan cerca, me sentí algo abrumado por aquel pensamiento, me encontraba ensimismado cuando de pronto Kotomi me saco de aquel estado.

–qué es lo que ves?– dijo mientras se situaba nuevamente a mi lado.

–Nada... son solo... recuerdos– mi voz disminuía con cada palabra, era un tema que quizás no debiera tocar con ella.

–mmm... sabes los primeros días que estuve aquí, venia diario y me sentaba en esa banca... me gusta estar aquí... es tan solitario que me ayudaba a no sentirme tan sola en una ciudad desconocida...– dijo con nostalgia y un tono de tristeza en su voz.

Ambos nos quedamos en silencio, ella se veía ensimismada en sus pensamientos y yo no sabía si debía decirle algo, nunca llegue a pensar que una hija del sol pudiera llegar a sentir lo mismo que yo he sentido, esa soledad desgarrante que a pesar de estar rodeado de gente y de sonidos, seguía estando "solo". Vi como Kotomi caminaba hacia aquella banca y tomaba asiento y con su mano me invitaba a acompañarla a su lado, con paso lento camine hacia ella y con algo de miedo me senté a su lado, así estuvimos un tiempo observando como el viento gentilmente mecía las hojas de los árboles, me tomo un poco de sorpresa el sentir como Kotomi suavemente posaba su cabeza en mi hombro, y el silencio entre nosotros continuo, solamente sonaba el aire a través de las ramas y las hojas.

–sabes... el ultimo día que estuve aquí... me quede dormida– comenzó a hablar de repente e inmediatamente sabia de que estaba hablando, pude recrear la escena completa en mi mente, y de golpe frene el pensamiento para no llegar a la parte de la sed extrema que tuve en ese momento. No mencione palabra alguna y espere a que ella continuara.

–ese día el viento era tranquilo que al pasar por las ramas y hojas de los árboles sonaba como un arrullo, era tan sereno y apacible que sin pensarlo comencé a quedarme dormida– dejo de hablar de repente y se sonrojo –debes de pensar que soy rara por quedarme dormida en un parque–

–No lo pienso, a veces a mí también me ha pasado– le conteste con una pequeña mentira, siendo algo como yo era prácticamente imposible que eso me sucediera.

Solamente se me quedo observando un momento y continúo hablando

–ese día me encontraba muy triste, había sido ya un mes desde que llegue a la ciudad dejando atrás a mi antiguo hogar, todos los lugares que conocía... todas aquellas personas que conocí y estime, todo eso de pronto desapareció y solo se volvió un efímero recuerdo... el enfrentarme con mi nueva realidad, realmente me aterraba– hablaba con voz tenue y lenta, y así, continuo por un tiempo platicándome sobre lo que sucedió ese día y lo que la llevo hasta ese sitio donde nos encontrábamos, hasta que de pronto su relato llego a ese punto donde la vi y sentí por primera vez.

–Sabes....– titubeo sobre si debía continuar –en la otra ciudad había un chico que me gustaba... ese día al quedarme dormida, soñé que le decía todos esos sentimientos que nunca pude decirle– se sonrojo mientras me lo contaba y agachaba la cabeza para tratar de ocultarlo.

En mi mente se recreaba aquella escena y lentamente volví a sentir esa ansiedad por su sangre, esta vez era más fuerte el deseo que me resultaba más difícil controlarlo, en otra parte de mi mente se centraba a su plática y reafirmaba lo que ese día pensé ~esas palabras no son para mi~, aunque realmente era absurdo pensar que si lo fueran, ya que no nos conocíamos.

–Pero ahora... en este momento es a ti a quien quiero– dijo mientras, aun sonrojada, tomaba mis manos y acercaba su rostro al mío. En ese momento la sed ya era casi incontrolable y el monstruo dentro de mí surgía, luchaba contra mí mismo para domar a la bestia y no hacerle daño a ella. Lamentablemente por un momento dude y la bestia lo aprovecho... sin poder controlar mi cuerpo me abalance sobre su cuello terso y lleno del fluido vital.


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