–Simple... nos encontramos dentro de "nuestra" mente, aquí es donde me has encerrado y aprisionado...– pronuncio mientras hacia un ademan con la mano señalando a nuestro alrededor.
–Pero... tú quién eres?... – pregunte titubeante, pero a la vez menos tenso,
–Yo... soy tu... soy tus instintos que has reprimido por querer parecer un "estúpido mortal normal"– dijo mientras arrugaba la nariz en señal de rechazo a mi deseo de parecer humano, –soy tu esencia, lo que te hace lo que eres, lo que tontamente luchas por esconder, soy la parte de ti que te hace sentir sed, que exige sangre para vivir... sin mi tus vanos intentos de redimirte no serían nada... ya que sin los instintos que en mi reprimes... morirías– hablo con tono despectivo en todo momento, lo observe de arriba abajo y pude cerciorarme de que era yo, lo único diferente era que el poseía unos ojos color rojo escarlata producto de la sangre que nos mantenía vivos, en ese momento comprendí quien era yo y quien era el, me encontraba frente al monstruo que merodea en las sombras esa parte de mí que siempre he rechazado, y yo, era únicamente esa parte de humanidad a la cual aún me aferraba con todas mis fuerzas, por ese motivo no podía correr como siempre o ver en esa absoluta obscuridad. Era la personificación de mi enemigo que era yo, aquel con el que siempre batallaba para no lastimar a las personas.
–Qué es lo que quieres?... porqué justo ahora?...– pregunte un poco desafiante, si yo necesitaba de él, también él debía de necesitarme... o al menos eso pensé, en ese momento recordé el rostro de Kotomi sonriéndome y el sonido de su voz diciendo "eres tú a quien quiero".
–Ahh... no de nuevo...– mi otro yo rodo los ojos con ademan de fastidio, –deja de pensar ya en esa estúpida hija del sol– dijo levantando la voz y son tono de molestia.
–No vuelvas a llamarle así– respondí con tono amenazante mientras apretaba los puños con toda mi fuerza.
–Entonces deja de pensar en ella, estoy harto de siempre verla por aquí, es por ella por la que últimamente estoy más preso en tu interior, su aroma me parece tan suculento que ansió por morder ese hermoso cuello– la expresión en su rostro era de éxtasis.
–No te permitiré que le hagas algo, Kotomi es muy importante para mí, yo la amo y no permitiré que le suceda algo– nuevamente eleve la voz para que comprendiera que a ella la protegería aun si me costaba mi propia "vida". En ese momento note que pude expresar lo que sentía por ella sin titubear como siempre lo hacía, comprendí que mi lado humano realmente la amaba, mientras que mi yo inmortal solo ansiaba su sangre.
–amarla?... – con risa irónica respondía a lo que acababa de decir, –como es que puedes ser tan estúpido para amarla? – continuo con tono irónico mientras lentamente se acercaba a mí, –dime... como es que un estúpido bastardo lleno de obscuridad puede caer ante una hija del sol?... – preguntaba mientras sus ojos escarlata se mantenían en los míos, dentro de mi crecía ese miedo a mí, a mi peor enemigo.
Todas sus palabras eran como espadas atravesándome, sabía que lo que decía era cierto, que nunca debí haberme enamorado de ella, que la había condenado para siempre, mas... sin embargo no quería que se alejara de mí, mi voz se había esfumado, no encontraba las fuerzas para contestar esas estocadas, de pronto sin advertirlo sentí un duro golpe, fue tan fuerte que me lanzo a varios metros, el dolor era insoportable, eso me demostraba que yo solo era esa parte humana que quedaba en mí, sin poder reincorporarme, él se fue acercando a mí de nuevo, me cogió del cuello y con sonrisa de auto-satisfacción comenzó de nuevo a hablar –veo que no entiendes lo que has hecho, creo que... me divertiré más contigo– al momento de que terminaba la frase me soltó y lentamente caminaba de nuevo hacia la oscuridad de donde había salido, dejándome en el suelo de aquel inmenso lugar.
Sentí la brisa en mi rostro, poco a poco abrí mis ojos y me enfrente con la cara de Kotomi llena de lágrimas, ~cuanto tiempo habrá pasado~ pensé al ver su rostro lloroso, poco a poco levante mi mano y toque su mejilla, el toque la sobresalto de golpe y con ojos sorprendidos me vio fijamente, las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos pero esta vez ella sonreía, –creí... que te perdía– dijo ella con voz entrecortada mientras sostenía mi cabeza que se encontraba sobre sus piernas, nos encontrábamos en el suelo, quería responderle más mi voz no era más que un débil intento, de repente Kotomi me abrazo, y su llanto comenzó de nuevo, todo me era tan confuso, no entendía mucho de lo que pasaba y mucho menos de lo que había pasado hace un rato, con el brazo libre la rodee y ella se acercó a mi rostro, y sin pensarlo demasiado poso sus labios sobre los míos en un profundo beso, era el segundo beso que recibía, y la sensación continuaba siendo igual o más embriagadora que la anterior vez.
Después de aquel beso se separó poco de mi rostro y me dijo –nunca me dejes... por favor... no me dejes– lo decía con cierta esperanza, nostalgia y sollozo en su voz, no sabía cómo contestar a esas palabras, mi parte humana no quería alejarse nunca de ella, mas mi lado obscuro solo deseaba hacerle daño, ~como debo contestar a eso?...~ pensé detenidamente, más la respuesta no provino de mi... ~fácil... déjame saborear su sangre y así será tuya para siempre~ al escuchar a mi otro yo me sobresalte, no era eso lo que pretendía, no pensaba dañar a Kotomi y condenarla a este mundo de obscuridad.
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Titulo Pendiente
RomanceHistoria escrita por mi. El cometio el error mas grande que podria haber hecho uno de su especie, el enamorarse de una hija del sol como sera que terminara?...