Tiempo de hablar

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Escuche ese timbre que diariamente indicaba el final de las clases, quizás era por el clima o por que iría a la azotea sin saber que deparaba esa plática, pero sentía un pesar en mi interior. Con gran dificultad me levante de mi asiento y tome mis cosas, con paso lento Salí del salón y avance por el pasillo, al llegar al pie de las escaleras que llevaban a la azotea me detuve a pensar ~quizás no debería de ir, el estar solo con ella puede traer malas consecuencias~ pensé durante unos instantes toda la situación, aun cuando la amaba no deseaba exponerla a un peligro y menos si era yo el causante del peligro. Sabía que me detestaría por esto y que quizás nunca me volvería a hablar pero era tal vez la mejor elección que podría hacer, en contra de lo que mi corazón me decía y con tristeza baje las escaleras y me dirigí a la salida de la escuela.

Ese día no fui al trabajo, solamente me encerré en mi departamento y me sentí realmente como el monstruo que soy, me dolía inmensamente el haberla dejado esperándome, pero no sabía si realmente quería escuchar lo que tenía que decirme.

Estaba acostado en el suelo sin nada que hacer más que sentirme mal por no haber cumplido, de pronto escuche que alguien tocaba a mi puerta, no quería hablar con nadie, pero por mi mente paso que quizás podría ser Fujino y que si no le abría ella misma tiraría la puerta, así que con desgana fui y abrí la puerta pero para mi sorpresa no era la persona que esperaba.

En mi puerta se encontraba la persona que menos deseaba ver en esos momentos, Kotomi se encontraba en la entrada de mi departamento y su expresión era entre decepción y enojo, antes de que pudiera articular palabra alguna, recibí una bofetada de parte suya y mientras lo hacía solamente me dijo –mentiroso–, yo quedé perplejo ante tal acción, nadie nunca en mi larga vida había hecho algo parecido, solamente pude ver su expresión que cambiaba de enojo a tristeza, observe como las lágrimas comenzaban a correr por su rostro, con mi mano recorrí su mejilla evitando que una lagrima continuara su camino, pero ella inmediatamente alejo mi mano de ella y salió corriendo, en mi mente no había mucho movimiento pero al ver que corría lejos algo en mi mente me decía que debía correr tras de ella, ya que quizás esta sería la última vez que hablaríamos.

Salí corriendo lo más rápido que pude tras de ella sin importar que alguien viera que la velocidad no era humana, al alcanzarla fácilmente la tome del brazo deteniendo su carrera, ella al sentir que la frenaba, trato de zafarse diciéndome

–Déjame en paz, déjame irme– y aun cuando sabía que era lo que ella quería en mi interior no podía dejarla,

–no puedo... no quiero dejarte ir– le dije con tono serio, al escuchar ceso en su intento por escapar de aquel lugar y solamente me veía con profundidad.

No podía verla a los ojos, aun cuando había llegado hasta este punto no sabía que debía de hacer, trataba organizar las siguientes palabras en mi mente pero era algo difícil de hacer, quizás ese ambiente de noche era idóneo porque así nadie se enteraría de las cosas que ahora estaban sucediendo.

–que no ves... que... a mí me gustas– dije esto último casi en un grito, todas mis fuerzas se desvanecieron, solté su brazo y caí de rodillas frente a ella no podía levantar la mirada, quizás eso era por haber dicho algo tan vergonzoso, ya finalmente lo había dicho aunque no sabía cuál sería la respuesta, cosa a la que le tenía miedo, no quería tener que separarme de ella.

No sabía que debía de hacer en estos momentos, quería poder verla a la cara pero no tenía las fuerzas para hacerlo, únicamente podía escuchar como su respiración era agitada, eso indicaba que mis palabras la habían tomado por sorpresa, después de un largo rato sentí como unas manos calidad se posaban en mis majillas y levantaban mi rostro, mientras levantaba la mirada observe que Kotomi se había hincado frente a mí y con sus manos levantaba mi cara, cuando mi mirada llego a sus ojos vi como nuevamente lloraba, no podía articular palabra alguna, quería disculparme por haberla hecho llorar nuevamente pero no salía palabra alguna, nos quedamos viendo durante un momento.

Tomándome por sorpresa ella me abrazo acercándome a su cuerpo, apoyo su cara en mi hombro, durante el abrazo ella continuaba llorando, me encontraba muy desconcertado sobre todo lo que estaba ocurriendo, no sabía si debía corresponder aquel abrazo o solamente quedarme inmóvil, esperando que no se asustara levante mis brazos y los cerré entorno a ella, pose mi rostro sobre su hombro y en ese momento sucedió lo que más temía, sentí el palpitar de su sangre corriendo por su cuello, la sed empezaba a crecer en mi interior y empezaba a agitarme el escuchar el palpitar de esa sangre que desde la primera vez que sentí su aroma se volvió irresistible para mí, inmediatamente me aleje de Kotomi y me levante, ella solo me veía con confusión al no saber que estaba sucediendo, siempre supe que si llegaba a estar nuevamente tan cerca de ella mi sed aparecería.

–no puedo... no debes... solo ignora lo que dije y aléjate de mí– dije con voz entrecortada y agitada, Kotomi se levantó y me veía con ojos de preocupación

–que sucede, por qué dices esas cosas?– menciono ella con preocupación y desconcierto en su voz

En mi interior quería explicarle sobre todo lo que sucedía y así no tener que alejarme permanentemente de ella, pero el revelar mi secreto seria condenarla a ella a entrar en un mundo de sombras del cual nunca podría salir, así que tenía que tomar una decisión.

–no... no puedo decírtelo... solo... por favor solo aléjate de mí y olvídame... imagina que nada de esto ha pasado– le dije con gran pesar y casi entre sollozos... realmente no quería que ella se alejara de mí, pero al hacer eso sabía que la estaba salvando de mí mismo.

De pronto sentí nuevamente el golpe de su mano sobre mi rostro esto me saco de contexto y voltee a verla desconcertado, veía como en su rostro había vuelto ese enfado pero este era algo diferente a su anterior expresión de enojo, pero nuevamente sin esperarlo su rostro cambio y quedo seria, pero no fue por mucho tiempo ya que lo siguiente fue sentir sus manos posadas en mis mejillas y acto seguido sus labios junto a los míos.

Todo esto que estaba ocurriendo me tomo por sorpresa, no sabía que debía de hacer, veía como ella tenía los ojos cerrados mientras me daba aquel inesperado beso, deje que mis movimientos se dejaran llevar y lentamente la tome de la cintura y la abrace mientras ella pasaba ambos brazos alrededor de mi cuello y así completar un abrazo mutuo, después mi mente se centró en liberar lentamente aquella tensión que tenía en mi rostro y corresponderle aquel beso sorpresivo, cerré los ojos y solamente me guiaba por el tacto de mis labios junto a los suyos, podía sentir como su aliento recorrer mi garganta y lentamente agraviaba aquella sed que anteriormente ya tenía, trate de contenerme lo más que pude para así no dañarla y no arruinar este instante tan agradable.

Ese pequeño instante me llego a parecer eterno, no quería que llegara a su fin pero si esto continuaba por más tiempo definitivamente me saldría de control y terminaría mordiéndola, así que lentamente me aleje para que no pensara que la rechazaba, me quede observándola esperando su reacción y en ese momento ella solo me miro con cara sonrojada

–eso significa que te no te alejaras de mí? – dijo con ojos llenos de esperanza en que mi postura sobre todo esto haya cambiado

–emm... realmente quiero estar contigo... pero no puedo prometerte que será por siempre, aun no...– antes de que pudiera completar la frase ella poso un dedo sobre mis labios silenciándome

–Con eso... por ahora basta– dijo mientras me esbozaba una sonrisa y me volvía a abrazar.


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