Y ahora qué?

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me asusto el sonido de la campana que indicaba el fin de las clases, tome mis cosas y Salí tranquilamente del salón, llegando a la entrada tome mis zapatos y me encamine hacia el trabajo, a la entrada se encontraba Kotomi con algunas de las chicas del salón, a cada paso que daba me sentía más tieso, pase al lado de ella sin mirarla y al perderla de vista eche a correr para poder respirar tranquilamente y calmar mis pensamientos, esa tarde hice mi trabajo con gusto y agradecía que mi jefe me diera más cosas que hacer ya que así alejaba mis pensamientos de ella y de ese raro sentir.

La jornada laboral termino y los pensamientos sobre ella regresaban vaticinando desesperación y angustia, por un lado quería escapar de aquella ciudad sin importar que todo lo que había obtenido con trabajo y esfuerzo se perdieran, pero había algo en la chica que me impedía alejarme de ella y no solo era su sangre la que me llamaba, pero aun no descubría que era la otra cosas que me tenía atado a ella.

Llegando al departamento tenía una sensación de desesperación por verla, quería que ya fuera el siguiente día para volver a ir a la escuela y encontrarme con ella, aun cuando sabía que no hablaríamos, pero necesitaba desesperadamente poder ver esa cara sonriente que ya había visto antes, ~que acaso esa tortura en mi mente nunca acabaría?~ pensé hacia mis adentros, era como si me cuerpo y mente se hubieran partido en dos y entre ellos hubiera una confrontación a muerte, por un lado se encontraba ese miedo y temor al verla y que si la veía una vez más esas ansias de su sangre no podrían ser controladas y terminaría haciendo algo indebido y así perdería todo lo que tanto trabajo me costó lograr, y su contraparte que deseaba y ansiaba verla ya que sin ella, esta se sentía incompleta y vacía.

No sabía a qué parte de mi debía de ceder, ambas tenían su lado bueno y malo, pero mi mente no distinguía donde terminaba lo bueno y comenzaba lo malo, de pronto vino a mi cono un pequeño destello dentro de mis pensamientos, quizás y no sabía que hacer porque me había enamorado de esa chica... –no eso es imposible!!! – dije sin pensar en el volumen en el que hablaba, voltee hacia la ventana y note que era de noche, ~esto no puede ser... alguien maldito como yo no puede experimentar ese sentimiento~ eso quise creer pero algo en mi mente me indicaba lo contrario.


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