Capítulo 9.

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Los días de vacaciones seguían pasando y los estaban disfrutando al máximo todo lo que podían hasta que tuvieran que volver de nuevo a clases, uno de estos días Heechul había decidido pasar la tarde en casa de SungMin, desde que el menor había decidido comenzar una relación con él se sentía la persona más feliz del mundo, como un sueño hecho realidad, sólo esperaba que de ahora en adelante sirviera de algo y pudiera conquistar el corazón del conejo.

Éste, se encontraba en su habitación leyendo un libro hasta que escuchó el timbre, como siempre, cuando se trataba de un amigo, conocido suyo y en este caso su novio era él quien siempre abría la puerta, le cedió el paso con una sonrisa tímida, la cerró y antes de que fueran a la habitación del menor se escuchó a la madre hablarle desde el salón de la casa.

—SungMin, ¿quién ha venido? ¿RyeoWook?

Tras escuchar aquella pregunta, le hizo poner un poco nervioso pero aun así respondió.

—No, mamá... es Heechul.

Después de responder ya se dirigió con el mayor a la habitación, la madre del menor se quedó un poco extrañada con la respuesta e incluso pensativa por ello. Entraron y ambos se sentaron encima de la cama, Heechul pudo observar la cara de preocupación de SungMin así que se acercó a él y colocó una mano en el hombro más cercano.

—¿Ocurre algo, mi pequeño?

—Hmm, bueno... es sobre mi madre... bueno, no sólo mi madre, me preocupa tanto mi madre como mi padre de lo que podrían hacer si se enteraran de que tú y yo... ya sabes cómo son...

—Lo sé... pero algún día tendrán que respetarlo, ¿no? lucha por ello, yo estaré apoyándote y ayudándote siempre, yo no pienso permitir que nada ni nadie nos separe.

SungMin sonrió ante las palabras de Heechul, le abrazó con suavidad correspondiendo el contrario, para el menor era increíble que sus palabras pudieran levantarle los ánimos enseguida.

—Min... hay algo que quería preguntarte...

—¿Sí? Dime.

—¿Cómo te sientes conmigo estos días desde que empezamos a salir...?

Sin soltarle el abrazo, el conejo dirigió la mirada hacia la chula, aquella pregunta le hizo ruborizar un poco pero aun así esbozó una sonrisa, aunque fuera tímida.

—Pues... la verdad es que muy bien... para ser mi primera pareja me siento así, sobre todo... querido, me siento muy querido... me siento muy cómodo contigo pero...

—¿Pero...?

Le miró a los ojos, le dedicaba una sonrisa en todo momento pero el mayor pudo notar un poco de nostalgia a través de sus ojos.

—Me gustaría poder amarte de la misma manera que tú lo haces conmigo...

A pesar de que le diera aquella respuesta, Heechul le dedicó también una sonrisa y desliza una mano hacia su cabello, acariciándoselo con suavidad mientras le seguía mirando a los ojos.

—Lo sé, tranquilo... aún es pronto... y aún me cuesta creer que estés a mi lado pero voy a luchar por ti cada día, hacerte feliz... eso es lo que yo quiero.

SungMin cada día se iba dando más cuenta de lo maravilloso que era la persona que tenía delante, Heechul es de las mejores y buenas personas que había conocido en su vida y por la forma que le ha tratado y le trata era la razón por la cual se sentía muy a gusto con él, aunque le costaba un poco hacer progresar la relación él trataba de poner de su parte, ya que había decidido intentarlo, sonrió una vez más por sus palabras y juntó los labios con los suyos, besándole de la misma manera que la otra noche, Heechul correspondió, tierno y lento al principio, poco a poco aquel beso iba siendo de otra manera, un poco más intenso y después de aquello la chula optó por hacer un recorrido de besos por el cuello del conejo, le hizo estremecer y a la vez sentirse un poco incómodo, no por el hecho de que pudiera llegar más lejos, sabía que eso no era lo que buscaba ahora, sino por sus padres.

It has no gender.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora