Capítulo 1

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Nico

Soy un hombre de negocios, la verdad es que no tengo si no 23 años pero ya debo hacerme cargo de todos los compromisos y trabajos empresariales de mi padre.

Algo que me está robando el tiempo de mi vida y la felicidad.

Mi sueño era ser escritor pero... nunca encontré a nadie a quien mostrarle mis trabajos a pesar de considerarme demasiado pésimo en ello.

Mi padre no tenía tiempo para mí y mi madre... era una diferente cada mes.

Ahora está en su lecho de muerte y cada día me pide perdón por no haberme dedicado más tiempo de su vida, por no haber podido ser capaz de darme un hogar, si no tan solo una fría casa llena de lujos pero carente de amor.

Sinceramente no tengo nada que perdonarle, así es la vida y ya está es lo que me tocó y debo aceptarlo.

Ir de víctima es de egoísta pues hay personas que lo pasan mucho peor que yo y aun así luchan cada día por salir adelante.

Yo no era una víctima, era alguien con fuerzas para seguir adelante.

Si la vida me daba pelea... pelea tendría, yo nunca me iba a rendir, nunca iba a alzar la bandera blanca ni me iba a dar por vencido.

Yo seguiría en pie hasta el final.

Aunque eso significara seguir viviendo una realidad inexistente y carente de todo.

Pues mas vacío no me podía sentir.

Apilé la enorme montaña de documentos que había sobre la mesa y encendí el portátil para comenzar a corresponder los e-mails y enviar los documentos por fax.

Deseé escribir un poco, crear una nueva historia en la que hacer volar mi imaginación pero una cantidad enorme de pensamientos negativos comenzaron a bombardear mi cabeza.

''Nunca serás escritor''

''No eres bueno en nada''

''No le importas a nadie''

''Tu padre solo quiere que sigas amasando su dinero''

''Tu madre era una puta''

''Mátate, hazlo, castiga a tu padre con tu muerte, hazlo, muere''

Me tiré de pelo y grité fuerte para dejar de escuchar aquellas cosas.

¿Por qué mi cabeza me jugaba esta mala pasada? Sabía que tenía depresión pero desde que tomaba el tratamiento había mejorado mucho y ya hacía tiempo que no tenía pensamientos suicidas.

Decido ir a por las pastillas para calmar la ansiedad que me mandó el psiquiatra. 

Agarro el bote y mientras saco una para llevarla a mis labios de nuevo vuelvo a escuchar esa voz en mi cabeza

''Una no será suficiente, tómalas todas y dormirás para siempre'' 

Mi mano temblaba, era tentador tragarlas todas de golpe y acostarme a dormir, sería una muerte sin dolor y desaparecería para siempre pero...¿realmente quería desaparecer?

''Sí''

-¡NO!- Grité peleando con mi cabeza y tirando el bote al suelo.

Necesitaba...salir a dar un paseo.

Llamé a Carmen, la mujer que se encargaba de cuidar de mi padre cuando yo tenía que salir de casa, le pagaba bastante bien la hora por lo que siempre estaba dispuesta a venir.

-Por favor, necesito pasar el resto de la tarde fuera.

-Enseguida, puede irse tranquilo no tardaré en  llegar.

Tu ángel de la muerte [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora