Tu ángel de la muerte [Yaoi]

'Capítulo 15

Os aviso de que esta historia era un relato corto y bueno.... ya hemos llegado al final, solo espero que os guste :)

A Z R A E L 

Nico me despierta por la mañana, el despertador no ha sonado por lo que no he podido preparar los desayunos, ni vestir a Anita para el colegio, ni planchar su ropa, ni prepararle la ducha a Nico, ni...ni...ni...

-Quita esa cara hombre que pareces que has visto a un fantasma.- Se burló mientras yo respiraba de forma agitada.

-¿Qué hora es?

-Las diez de la mañana.- Contestó con una sonrisa.

-¡¡¿¿QUÉ??!!- Di un respingo sobre la cama a lo que salía corriendo hacia la cocina para ponerme el delantal y comenzar a limpiar como loco.

-¡Deja eso de una vez!- Me quitó el plumero de la mano pegándome una fuerte nalgada con el.- Uh...esto me gusta.- Volvió a pegarme a lo que me quejé.- Tienes un culo muy sexy no es mi culpa.

Al final tuve que reírme por sus tonterías, Nico tenía una habilidad especial para hacer sonreír a las personas.

-Oye...¿ya hablaste con tu primo?- Le recordé que debía llamarlo para aceptar sus disculpas.

-Sí, pesado sí.- Se tiró en el sofa mientras daba leves golpes con el plumero a su lado para que me sentara.

-Deja ya ese cacharro, me pones nervioso.- Me quejé tomando el café entre mis manos para beber de la taza, estaba bueno.- Gracias por el desayuno.

-De nada cielo.- Volvió a pegarme con esa porquería.

-¡YA BASTA!- Chillé arrancándoselo de la mano y pegándole por todas partes.

-¡Auch! ¡Bruto! ¡Pero que poco erótico eres!

-¿Poco erótico yo? Soy un demonio, lo llevo en la naturaleza.- Dije acariciando mi cuello  y bajando la mano por mi pecho mientras le tiraba un beso y subía una pierna acariciando la suya con la punta del pie.

-Vuelve a hacer eso y te violo.- Musitó babeando.

-Cierra la boquita cariño.- Le empujé la barbilla hacia arriba.- ¿A qué hora vamos a ver los locales?

-Bueno pues... en cuanto desayunemos y...- Me miró con una cara perversa.

-No, de eso nada.- Rechisté.- Hagamos nuestros quehaceres primero y después ya lo que quieras.

-Pero qué pesado eres...- Se frotó el puente de la nariz.- Está bien, voy a vestirme mientras terminas de desayunar.

Terminé mi desayuno antes de que terminara de vestirse para correr al baño y lavarme los dientes a la velocidad de la luz.

Al mirarme al espejo eché de menos mis colmillos y mis alas, valía la pena si era por estar junto a Nico pero sentía que había perdido toda mi esencia, una gran parte de lo que yo era ya no estaba y eso me hacía sentir vacío.

También extrañaba mi mundo... y a mi padre.

¿Se acordará él de mí?

Una lágrima bajó por mis mejillas a lo que Nico entraba y yo disimulaba enjuagándome la cara en el lavabo.

Me puse un chándal azul con una sudadera bastante abrigada pues el día se tornaba frío.

-¿Ya estás preparado?- Preguntó Nico en tono dulzón a lo que asentí mientras nos dábamos la mano para salir a la calle.

-No te... ¿importa? - Pregunté observando que algunas personas nos miraban  raro.

-¿A mí? Claro que no, ¿te importa a ti?