Capítulo 2

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Azrael.

Han pasado dos semanas desde que conocí a Nico, hoy era el día límite para entregar su alma y... no puedo hacerlo.

No es que lo haya intentado hasta hoy y sepa que no lo conseguiré, de hecho lo estuve intentando tan solo los tres primeros días.

De algún modo al ver que era un hombre fuerte empecé a crear situaciones paranormales en su casa para hacerle sentir miedo o mejor aun, hacerle creer que había perdido la cabeza totalmente.

Pero en ved de eso cuando veía que movía objetos y hacia ruidos se ponía a hablar conmigo.

Decía que entendía mi trabajo y que no iba a poner objeciones pero que tampoco me lo daría todo regalado, que el jamás cortaría el hilo de su vida.

Yo podría maltratarle psicológicamente para enfermar su mente y conseguir que si lo hiciera pero realmente... no deseaba que eso pasara.

Nico es un hombre valiente que desea seguir viviendo y hacer algo bueno por su vida, le aterra el estar solo a tal nivel que el saber que hay un espíritu maligno a su lado en ved de causarle inquietud le trae tranquilidad.

Y eso es en parte lo que me ha hecho ablandarme, nunca nadie a disfrutado de mi compañía si no ha sido por motivos sexuales.

Nunca he tenido amigos, nunca me han contado sus problemas ni sus secretos, nunca han llorado en mi hombro ni me han pedido consuelo.

Cosa que Nico a pesar de no estar seguro de mi existencia y no conocerme hace cada noche.

Me he convertido en su único amigo y no deseo hacerle daño.

Asi que renunciaré a su alma y volveré al inframundo para informar a mi padre de que no terminaré este trabajo ni tampoco quiero que lo haga otro.

Soy su hijo y siempre le he servido bien a parte de cumplir sus órdenes sin queja durante toda la vida... no creo que le moleste y estoy seguro de que sabrá comprenderme.

Aunque renunciar a su alma signifique no volver a verle nunca más al menos es mejor que destruirle.

Al menos tendría la esperanza de que fuera feliz y consiguiera realizar sus sueños.

Era por esto que a pesar de saber que no haría el trabajo no había vuelto al inframundo, quería cumplir la fecha limite para pasar todo el tiempo posible a su lado.

Observé que despertó en su cama y se puso de pie para ir a desayunar, tenía los ojos pegados por las lagañas, se metió en el baño de camino a la cocina y se lavó la cara mientras bostezaba.

Después fue directo a la nevera para coger un bote de leche mientras se preparaba unos cereales.

-Hoy... vuelvo a sentir ganas de escribir pero... no creo..

''Escribe, tienes talento''

Susurré en su mente.

-Parece que últimamente me encuentro más positivo... espero que dure bastante.

''Si, serás feliz, eres feliz''

Se sentó en el sofá abriendo el portátil y comenzó a escribir algunas palabras, se le veía transportado a un mundo diferente, me gustaba mucho verle escribiendo.

''Eres bueno, tu trabajo es genial, llegarás lejos''

Una pequeña sonrisa se dibujo en su cara y morí al verla, me gustaba tanto....pasaba mis manos por su pelo y sus anchos hombros imaginando que podía tocarle.

Entonces supe que esto me haría mucho daño, me costaba admitirlo pero sabia que estaba enamorado de Nico por mas que tratara de negarme a ello.

Quise besar sus labios pero igual no lograba tocarle.

Tu ángel de la muerte [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora