Terminó

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Violet daba vueltas en la cama, no podía dormir aún cuando el ruido de las personas que habían estado conviviendo en la planta baja ya no se escuchaba, ¿Cómo pudo haber sido tan tonta? No se había dado cuenta que estaba tan ocupada en ella que no había notado la casa en la piscina.

Tenía que saber lo que había ahí, así que se determinó a descubrirlo, esa misma noche salió lo más sigilosa posible, que fuera de madrugada ayudaba mucho, pero debía tener cuidado y estar alerta, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, fácilmente salió a través de la puerta corrediza y miró a todos lados del jardín trasero.

Tal vez el universo estaba conspirando a su favor una última vez, o simplemente fue un golpe de suerte, estaba ansiosa de saber si Jessamine se encontraba ahí, no estaba loca, aquel día no cayó por las escaleras, está totalmente segura de recordarlo todo, Jessamine la golpeó hasta dejarla inconsciente.

Se frotó los brazos debido al aire frío, miro a su alrededor y continúo con su camino a cruzar el jardín, para nada se le hizo extraño que no hubiera escoltas a esa hora, después de todo la casa era una fortaleza, nadie podía entrar, y para su poca fortuna nadie podía salir. Así que con tranquilidad rodeó la pequeña casa tratando de encontrar otra entrada.

Sonrío al ver otra puerta, pero a veces, aunque el destino parezca estar de nuestro lado, resulta que sólo era un poquito de suerte, efímera, así que antes de que si quiera pudiera acercarse, su grito fue ahogado por un trapo en su rostro, forcejeó y trató, pero al final, la inconsciencia la venció nuevamente, perdiendo para siempre la última posibilidad de arrebatarle la vida a su prima y vengar a su familia.

Pero, ¿Qué quería vengar?.

Desafortunadamente, todo ese odio y rencor se había desencadenado por dos fuertes sentimientos: lo celos, y un corazón roto.

En aquellos años, la llegada de una pequeña en la familia Bianco era totalmente esperada, tanto, que hasta su futuro ya se veía comprometido, se debía asegurar la continuación de la familia y el futuro del negocio, es por eso que a los ahora nuevos padres esa llegada les había dado tanta felicidad.

Conforme pasaron los años y la pequeña fue creciendo, y aunque su llegada era esperada, su identidad se había ocultado, era la única en heredar un increíble legado, a esas alturas, cualquiera era capaz de traicionar a la familia Bianco, nadie tenía idea del tamaño de esa fortuna pero se podían imaginar.

En casi la mayoría de eventos, una impostora la reemplazaba, a pesar de todo, se le debía dar un rostro a aquella niña, así que cuando supieron que una de las criadas de la mansión tenía una hija unos meses más grande, no dudaron en hacer una jugosa oferta a cambio de suplir a su hija en los eventos públicos, obviamente la criada no dejo pasar la oferta y se llenó los bolsillos poniendo a su propia hija en riesgo.

Diecinueve años después, la pequeña heredera estaba cumpliendo años, la familia Bieber debía ser invitada únicamente con fines diplomáticos ya que esa noche se anunciaría el futuro compromiso de la muchacha, así que debían asistir, Jeremy Bieber era apenas un muchacho, viajar solo con sus padres no era tan divertido así que si quería entretenerse, no dudaria en llevar a sus dos mejores amigos, los hermanos Taylor.

Esa noche todo pasaba con normalidad, la fiesta era todo un éxito, Mellea observaba todo como una simple invitada, por supuesto que se estaba divirtiendo, su mejor amigo William Efron, siempre se encargaba de hacerla sentir feliz, ella estaba conforme con la decisión que habían tomado sus padres, a esas alturas, ya comprendía el riesgo que conllevaría tener su nombre.

Fear  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora