Capitulo 35 Boda

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"Que vas a soltar mi mano para que yo corra hacia mi libertad"

Me abracé más a mi misma mientras subía las escaleras a mi habitación, tenía frío, mucho frío, en mi pecho comenzó a crecer un vacío extendiéndose por mi garganta, me quedé parada ahí a media escalera, quería llorar pero el nudo en mi garganta solo me estaba ahogando.

Estuve ahí por un par de minutos dejando la soledad invadir mi ser, no podía llorar, no quería hacerlo, me senté sobre el escalón mirando hacia la puerta de entrada, esperando que él saliera por ahí sin siquiera mirar hacia atrás, me di cuenta de la sabana sobre mi, me estaba sintiendo igual de abandonada que aquel asqueroso día en el que me dejaron tirada sobre el asfalto.

Pero estaba equivocada, está vez era totalmente diferente, unos brazos me cargaron y continuaron subiendo las escaleras hasta mi habitación, los ojos de Justin chocaron con los míos, tratando de decir tantas cosas pero sin decir nada, me puso sobre la cama con cuidado y se recostó a mi lado, nos cubrió a ambos con las sábanas y me abrazó más pegándome a su pecho.

Cerré los ojos dejándome llevar por la paz que nos envolvió, pasé un brazo por su dorso desnudo y me acomodé en su pecho, me mantuve despierta por mucho tiempo hasta que poco a poco el sueño me fue venciendo, solo una cosa se mantenía en mi mente.

Tal vez está sea la última vez que la pasamos juntos.
. . .

Eran las diez de la mañana en punto, ya estaba vestida y saliendo de casa con documentos importantes en las manos, como siempre Max se encontraba un par de pasos detrás de mi, cuidándome. Esta mañana cuando desperté estaba sola, por un momento me sentí tan triste, pero, al fin de cuentas debo aprender a enfrentar la situación, aunque la cama se sentía tan fría.

Continúe con mi camino, tenía muchas cosas que hacer hoy, una de ellas era comenzar a hacer mis maletas, pero no sin arreglar un par de asuntos que aún estaban golpeando mi cabeza, Max llamo el timbre de la casa Bieber y un par de segundos después una sirvienta nos abrió la puerta haciendos pasar.

Aunque traté de localizar a Tomy con la vista no pude encontrarlo por ningún lado, tenía la pequeña esperanza de que por lo menos podría verlo.

- Es señor Jeremy se encuentra en su despacho, me dice que ya puede atenderla.

Asentí después de escuchar las palabras de la chica y comencé a caminar en dirección al lugar, mire a Max y respiré profundo, los nervios poco a poco me carcomían por dentro.

- Todo saldrá bien señora.

Asentí agradeciendo su apoyo y por fin mis nudillos llamaron a la puerta.

- Adelante.

La voz distraída de Jeremy Bieber se escuchó a través de la gruesa madera, me armé de toda la seguridad del mundo y giré el pomo de la puerta, sonreí al ver la cantidad de documentos regados por su escritorio, mis pasos hicieron que me mirarán cortamente para después volver a concentrarse en un par de hojas en sus manos.

- Dime Jess.

- Perdón que lo moleste tan temprano, y con tanto trabajo por lo que veo.

Hablé lo más tranquilamente que pude tratando de ocultar mis nervios.

- Debo dejar todo en orden después de todo, ¿En qué puedo ayudarte?.

- Si no me gustaría quitarle mucho tiempo, tengo solo un acuerdo para poder hacerme cargo ahora sí de manera oficial de la seguridad de mi familia así que me gustaría que usted lo firmara, pero si está muy ocupado puedo volver después.

Me miró un par de segundos, pareció pensarlo mientras miraba el desastre en su despacho, extendió la mano y tomó el documento que le ofrecí, casi comencé a sudar frío, sin embargo, él solo tomo el folder y firmó sin siquiera leer el contenido, me acerque rápidamente y le indique dónde más debía firmar.

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