" A veces hay que dejar ir para poder ser..."
- Ese día fue horrible, desperté desorientada en el suelo sucio y frio, me dolía el lado izquierdo del rostro, con cuidado llevé mi mano al lugar dolorido y entonces comencé a mirar a mi alrededor con miedo, no sabía dónde estaba, si estaba sola o si había alguien más. - Respiré con cuidado mientras dirigía la mirada al techo, buscando valor para continuar. - Estaba encerrada en una habitación pequeña, el lugar parecía que estaba destinado a ser una celda, aunque la puerta era completamente de metal una diminuta ventana dejaba pasar sólo un poquito de luz.
Guardé silencio durante un par de segundos más, la mujer frente a mí esperó con paciencia, así como siempre lo hacía, sin juzgar o sin preguntar nada más, sincerarme con ella fue difícil a pesar de su cálida presencia, me sonreía y miraba como si fuera cualquier chica, una común y corriente que quizá ya superó lo peor que tuvo que pasar, así que continué relatando la historia que quizá ella ya sabía de memoria y que para mí ya no era tan difícil contar.
Después de mirar el pequeño cuartucho me levante con desesperación, me dirigí rápidamente a la oxidada puerta solo para confirmar lo que ya sabía, estaba cerrada, las lagrimas ya estaban empapando mis mejillas, ¿Qué estaba pasando?, miré a mi alrededor para buscar alguna otra parte para escapar, sentí alivio cundo una puerta de madera apareció en mi campo de visión, por un segundo la esperanza brillo en mi pecho, tomé el pomo y la abrí con esperanza.
Un baño, un estúpido baño, lloré con aún más desesperación, ¿Por qué me estaban encerrando?, y como si alguien estuviera ansioso de contestar mi pregunta horas después la respondieron, deseaba desesperadamente poder irme de ese lugar y que no se repitiera lo que me habían echo, tal vez un par de horas después de despertar la pesada puerta de metal se abrió, me tomó por sorpresa y sin darme cuenta dos hombres me sostuvieron de los brazos y me sacaron del baño donde me estaba refugiando, traté de forcejear para que me soltaran o por lo menos para tratar de huir, me sacaron de la habitación y caminamos por un largo pasillo, no había ventanas, puertas, nada.
Nos paramos frente a una puerta, pregunte ¿Qué pasaba?, ¿Qué hacia ahí?, ¿Por qué no me dejaban salir?, ¿Qué me harían?, no obtuve respuesta alguna, la adrenalina hacía mi corazón ir al mil por hora, uno de los hombre golpeó con los nudillos la puerta, una voz ronca autorizó que entráramos, a estas alturas ya estaba temblando, pude ver un hombre de tal vez unos 45 años, tenia los puños de la camisa doblados hacia arriba, ordenó a los hombres que salieran y ellos obedecieron rápidamente, comencé a entrar en pánico cuando el hombre se acercó a mí.
El hombre era alto, con presencia imponente, posiblemente me veía pequeñita junto a él, tenía una sonrisa de diversión en el rostro, no pude evitar el mirar una cicatriz que pasaba de su ceja hasta su mandíbula, ¿Qué le había pasado?, comencé a retroceder cuando dio pasos al frente, su risa ronca fue lo único que se escuchó junto a mi respiración acelerada.
- Pórtate cariñosa conmigo y tal vez salgas de aquí, con vida. - Escuchar aquello me horrorizó, mi reacción pareció divertirle y mientras se burlaba de mí me tomó de los hombros y me pegó a su pecho, comenzó a besar mi mentón y lentamente bajó a mi cuello, lloré, grité, pedí que parara, mi resistencia sólo provocó que le propinara golpes a mi rostro.
Los mismos hombres me arrojaron con violencia al cuartucho donde había despertado antes, con asco entré al baño y froté mi cuerpo por horas, tratando de borrar de mi mente todo lo que había pasado, todas las cosas asquerosas que me había hecho, lloré deseando salir de ese lugar, de poder estar en casa recostada en cama, de dejar de sentirme una porquería.
Pero no sabía que mi suerte simplemente empeoraría, al día siguiente se repitió, y también al siguiente, y el siguiente, y el siguiente, ese día mi tortura apenas comenzaba.
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Fear
RomanceEl miedo es la sensación extraña ante una situación desconocida o peligrosa aunque muchas veces sentimental. Un consejo: Duda siempre. Terminada.