Segunda y tercera perla.
-¿Cuál es nuestro próximo destino?- pregunté guardando la perla en otro de los bolsillos de mi mochila.
Percy sacó el mapa que nos había dado Quirón.
-El partenón de Nashville.
Grover asintió y arrancó el coche.
No había pasado mucho tiempo en el coche, pero tenía tanta hambre que parecía que mi estómago se comería a sí mismo en cualquier momento.
Por eso, no dudé en hacer parar a Grover en cuanto vi la oportunidad.
-Aunque sea, las encargamos y nos vamos, pero me estoy muriendo de hambre- repliqué al ver que no le hacía mucha gracia parar.
Nos pusimos a la cola para encargar las hamburguesas desde el coche.
Después de haber pasado varios minutos cambiando de ventanilla y hablándole a distintos micrófonos salimos de allí con nuestros humeantes pedidos.
-Pararemos en un descampado cerca de aquí. Ahí podremos descansar un poco y comer tranquilos- dijo Grover, desviándose de la carretera.
Llegamos al descampado del que nos había hablado Grover. Éramos los únicos que estábamos allí.
Salimos del coche cargados con las bolsas y las mochilas.
Estiramos las chaquetas en el suelo y nos sentamos allí a comer las hamburguesas. Se habían enfriado un poco, pero con el hambre que teníamos nos daba igual.
Terminé el refresco de cola y tiré el envase en una papelera cercana. Se ve que este sitio se usa como merendero.
Volví con los demás y me tiré en la hierba a observar el cielo y las nubes. Eso me reconforta.
Aprovechamos para hacernos un par de selfies... Somos adolescentes al fin y al cabo. Después guardé el móvil y volví a tumbarme.
Acaricié el colgante de mi abuela mientras sonreía. Ella estaría tan orgullosa de mí si me viese...
Percy, el único que sabía la historia y pareció leerme el pensamiento, dijo:
-Ella está orgullosa de ti. Tenlo por seguro.
Yo le sonreí y volví a incorporarme.
-Tengo un mal presentimiento, chicos...- dije mientras lanzaba mi anillo al aire.
Percy destapó a Contracorriente y Annabeth tensó la cuerda de su arco.
Grover empuñó su daga mientras olisqueaba el ambiente.
-Se acercan...- dijo antes de correr hacia el coche- ¡Corred, vamos!
Cogimos nuestras cosas y corrimos detro del coche. Grover arrancó y pisó el acelerador a tope.
Annabeth y yo miramos hacia atrás. Efectivamente unas furias se hallaban en el descampado. No tardarían en darse cuenta de que no estábamos.
-¡Pisa más a fondo!- exclamé- ¡Son furias!
Grover me hizo caso y el coche empezó a ir a más velocidad.
Después de unos cuantos kilómetros nos relajamos, habíamos conseguido despistar a las furias.
Aunque, tampoco nos fiábamos mucho, por lo que no guardamos ni las espadas ni el arco.
Llegamos a Nashville en una hora. Grover aparcó en el parking del Partenón.
Grover cogió sus muletas y Percy se subió la capucha de la sudadera.
Entramos al Partenón.
-¿Por dónde empezamos a buscar?- preguntó Annabeth susurrando.
-Chicos, no hace falta que busquemos...- dije alzando la vista hacia la corona de la gran estatua de Atenea que había justo al entrar.
-Bueno, ha sido fácil...- dijo Grover, dispuesto a lanzar una muleta.
-¡Quieto, loco!- exclamó Percy parando a su amigo.- Nos esconderemos y las cogeremos cuando el museo esté cerrado. Esta noche.
﹏﹏﹏﹏
Pasamos la tarde visitando el Partenón. Cuando dieron el aviso de que cerrarían, nos escondimos en los baños.
Annabeth y yo salimos de los cubículos en los que nos habíamos escondido a la media hora de que el museo cerrase.
-¿Y ahora qué hacemos? Aún queda media hora para salir a coger las perlas...- dijo Annabeth
-Pues... ¿pasarlo bien?- dije sacando mi móvil.
Ella sonrió.
Activé la cámara y enfoqué al espejo. Quité el flash, por si acaso y añadí entre risas:
-Pon morritos, Anna
﹏﹏﹏﹏
Pasamos el rato haciéndonos selfies y grabando vídeos diciendo bobadas, hasta que Percy y Grover entraron por la puerta.
-Bueno, bueno... Si habéis montado una fiesta... ¿Cómo no nos invitáis?- preguntó Percy con una sonrisa.
-Venid, venid- dije, volviendo a abrir la cámara de mi móvil. Cuando estuvimos los cuatro juntos, añadí- Ahora poned morritos.
-¿Qué?- preguntó Grover entre risas.
-Sólo hazlo- rió Anna- Queda una foto muy graciosa.
Cuando terminamos nuestro selfie salimos del baño para coger las perlas.
Cuando nos encontramos delante de la estatua de Atenea, Grover preguntó:
-¿Y cómo las cogemos?
-Anna- llamé a mi amiga- pon las manos así.
La mostré como ponerlas. Para que os hagáis una idea, tenía que entrelazar los dedos y agacharse.
Yo apoyé el pie en su mano para darme impulso y escalar la estatua de Atenea.
-Parece que así- se contestó a sí mismo Grover.
Cogí las perlas y bajé la estatua de un salto.
-Sólo nos queda una- dijo Anna.
Antes de que saliésemos del edificio, las furias aparecieron delante de nosotros, dándonos un bueno susto.
-¿Creíais que escaparíais de nuestras garras?- siseó una.
-¡Eso es imposible!- dijo la segunda.
Miré a Percy que asintió. Miré a Annabeth. Con una mirada nos pusimos de acuerdo.
Percy y yo desenfundamos las espadas y Annabeth corrió junto con Grover a intentar abrir la puerta.
Bastaron unos cuantos mandobles con las espadas para que las furias cayeran convertidas en polvo.
Anna y Grover consiguieron abrir la puerta. Yo guardé las perlas en el bolsillo, junto con la otra. Sólo quedaba una.
﹏﹏﹏﹏
N/A: Ya sé que en los libros no se hacen selfies y que no se nombra ni la existencia del móvil, pero quería darle un toque del siglo XXI a la historia y, además esas fotos serán importantes en un futuro :)
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La hija de Zeus (Percy Jackson #1)
FanficMaría, una chica de tan solo trece años deberá afrontar la noticia que su madre le tiene preparada. Eso cambiará su futuro al completo. Pero... ¿De verdad está preparada para ese gran cambio que la vida decide darle?