La hija de Zeus (Percy Jackson #1)

Ψ Capítulo 18 Ψ

¿Es esto el final?

-Debemos matarla.

Las palabras de mi padre resonaban en mi mente, clavándose como una daga en mi corazón.

Había luchado tanto, había pasado tanto, había entregado tanto... Sólo para devolverle el rayo. Y el me lo agradece diciéndome que tienen que matarme.

Y no es sólo eso. Durante toda mi vida he sentido que estaba desubicada, que no encajaba en ese mundo. Hacía tan poco que me había conseguido sentir "bien", o acercarme mucho a esa sensación.

Había conocido a gente fantástica, había experimentado sentimientos que, hasta ese día, no era consciente de su poder, estaba aprendiendo a dominar mi poder, a manejar la espada.

Pero todo se iba a acabar. Me tenían que matar.

Pero no me iría de este mundo sin decir todo, absolutamente todo, lo que pensaba.

-¿¡Qué!?- grité- ¡No sabes lo que he pasado durante toda mi vida! ¡No sabes lo desubicada que me sentía! ¡No sabes las noches que he llorado! ¡No lo sabes! ¡Todo fue a mejor cuando conocí a Marlen! ¡Encontré a alguien como yo! ¡Cuando me dijeron que era tu hija y me llevaron al campamento fue uno de los momentos más felices! ¡Pero no! ¡Tuviste que arruinarlo todo perdiendo de vista tu rayo celestial! ¡Y allí fui como una tonta! ¡Porque pensé que al menos, al verme, me dedicarías una sonrisa! ¡No sabes lo que he perdido para recuperar tu estúpida varita mágica! ¡Y ahora me dices que me quieres matar! ¡No sabes por lo que he pasado, de verdad! ¡Porque si lo sabes y me haces esto, realmente demuestra que no tienes corazón!

Todos los dioses estaban en silencio. Podía notar la enfurecida mirada de Zeus sobre mí.

-¡No se te ha dado permiso para hablarme así!- su grave voz resonó por toda la sala.

Las lágrimas brotaron de mis ojos.

-Si me vas a matar, hazlo ya.- dije, entregándole mi espada.

Me giré hacia Percy, que contemplaba la escena sin decir nada y le di un abrazo.

El me abrazó por la cintura mientras me acariciaba el pelo. Aunque no sé si era para calmarme a mí o calmarse él.

-Gracias por todo. De verdad. Habéis sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Dale las gracias a Anna y a Grover de mi parte.- dije separándome de él mientras me limpiaba las lágrimas.

Él asintió y yo fui frente a mi padre.

Lo siguiente fue muy rápido, casi no dio tiempo a verle.

Mi padre bajó la espada golpeándola contra mi cuerpo y haciendo que atravesase mi cuerpo.

No recuerdo sentir dolor. Sólo el frío metal del filo de mi espada golpeando contra mi pecho.