¾FINAL: Cuadragésima primera wea♥

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Apunté a diferentes sitios, cuando de repente el Edgar corre hacia un rincón, alumbré y ahí estaba la Aranxa, amarrada de manos y pies, con la ropa rasgada y con un pañuelo en la boca.

-Conchesumare...-murmuré y retrocedí un paso, sentí una mano cubriendo mi boca, pegué un grito ahogado y una patada hacia atrás la cual le dio a quien sea que estaba ahí, me soltó y fue tiempo suficiente para voltear y atraparlo por el cuello, y sin darme cuenta el Jaime lo había golpeado en el estómago, lo cual le produjo botar un poco de sangre por la boca.

-¡No lo soltí!.-gritó la Aranxa, así que apreté un poco más, lo que hizo que hundiera sus dedos mi brazo el cual le rodeaba el cuello, no hice caso y me apretó una teta.

-Vai a necesitar más que eso pa que te suelte aweonao.-dije aún con su mano ahí, no lo iba a soltar, pero el Nico fue el que se acercó y tomó el brazo haciendo que me soltara y lo puso contra la pared.

-Ni se te ocurra volver a tocar a mi mina.-dijo con rabia apretándole fuertemente el brazo.

-¡Sueltame aweonao!.-dijo por fin el culiao, lo alumbré y era un weon, no más de 25 años, era como flaite pero no tanto, la Aranxa se levantó y el Edgar la tomó en sus brazos, le pasé la linterna y la llevó hasta el auto, quedamos los 3 con el tipo ese, la Juana estaba llamando a los carabineros y el Nico lo sostenía firmemente.

Unos minutos después llegaron, le tomaron declaración a la Aranxa y a nosotros, se llevaron detenido el weon y se fueron, fuimos hacia el auto, tenía miedo de que la Aranxa aún me odiara, pero estaba preocupada y no podía quedarme callada.

-¿Estai bien?.-pregunté acercándome a ella, sus ojos estaban rojos y tenía grandes ojeras, a parte de marcas de golpes en la cara, subió la mirada y asintió, caminé hacia el maletero y saqué una frazada, volví donde ella y se la puse en la espalda, se cubrió la cara con ella.

-Gracias.-dijo con la voz entre cortada.

-¿Y si nos vamos?.-dijo el Jaime, todos subieron y yo fui manejando de nuevo.

El viaje fue más o menos silencioso, el Jaime a cada esto mencionaba como sujete al tipo y si habíamos visto el golpe que le había dado en el estómago.

-...Y cuando el modo asesino del Nico fue activado.-dijo el Jaime, no pude evitar reír un poco, el Nico miró hacia atrás.

-Weon, tocó algo prohibido de mi propiedad.-se defendió.

-¿Cómo vai Aranxa?.-pregunté cambiando el tema.

-Bien... Gracias por ir a buscarme.-dijo con la voz un poco más animada, a sus lados estaban la Juana y el Edgar, éste ultimo no soltaba a la Aranxa, y ella estaba recostada en su hombro.

-¿Quieres algo para comer?, ahí está lo bolso por si quieres.-dije apuntando hacia mi lado, estaba entre los asientos de adelante y atrás, ella de echó hacia delante y abrió el bolso, sacando de el un queque y volviendo a cerrar el bolso, fueron los únicos segundos en los que el Edgar la soltó.

-¿No quieres hablar de lo que pasó ahí?.-preguntó la Juana. La Aranxa después de tragar lo que tenía en la boca suspiró.

-Ese weon... Intentó abusarme... Pero no lo dejé.-dio otra mascada al queque.

-¿Y todos esos golpes?.-preguntó el Edgar.

-Por rehusarme a hacerlo... Me escapé pero me alcanzó y... Al menos no me hizo nada.-respondió, guardaron silencio por unos segundos.

-Al parecer el regalo de cumpleaños de la Juana fue que te encontramos.-dije sin quitar la vista del camino.

-Oh verdad, feliz cumpleaños Juana.-dijo la Aranxa intentando hacer u a sonrisa, se abrazaron y la Juana comenzó a contarle lo de la fiesta, la bufanda y demás, por fin comenzó reírse y estaba ya más animada.

Cuando faltaba como media hora para llegar a Santiago me di cuenta que estaban durmiendo, miré por el espejo y el Edgar estaba abrazado a la Aranxa y ella con la cara hundida en su pecho.
Vi a mi lado y estaba el Nico, con la cabeza apoyada en su mano y la boca abierta, sonreí y volví la mirada al camino.

Por fin habíamos llegado a Santiago, me dirigí a la casa de la Aranxa y estacioné afuera, abrí la puerta del auto y se despertó el Edgar, que despertó a la Aranxa, cuando los vi despiertos abrí la puerta del lado de la Juana que aún dormía como el Jaime.

-Despierten mierdaaah.-dije y pegaron un salto, los demás rieron y se bajaron del auto, entramos con la Aranxa y le ayudamos en lo que necesitara, como era de esperarse, el Edgar se quedó con ella para cuidarla, nosotros nos subimos al auto y los fui a dejar a sus casas.

Dejé al Jaime, a la Juana y cuando llevé al Nico...

-¿No querí pasar?.-propuso.

-Anda a dormir mejor.-reí de su cara de sueño.

-Ya oh, -rió- chao mi amor.-y me besó, lo seguí e intentó sacarme del auto.

-Buen intento.-le dije mordiendo su labio inferior, él sonrió y se entró. Fui a mi casa y me dormí al instante, desperté gracias a la Juana, no se que hubiese sido de mi sin esa llamada.

-¿Aló?.-dije medio dormida.

-Wenoh díah wenah tardeh, ¿vamos a ver a la Aranxa?.-preguntó.

-Ya, me sacaste de mi sueño eterno.-dije, ella rió.

-Ya nos vemos.-dijo y cortó.

Suspiré y vi la hora, 16:09, tampoco es tan tarde; me levanté y me bañe, fui en el auto del Edgar hacia la casa de la Juana, me estaba esperando afuera, puse el auto delante de ella y se subió.

-Ya les dije al Jaime y al Nico, vamos a buscarlos.-dijo, fuimos a la casa del Jaime que quedaba más cerca y se subió, mientras manejaba me dio un beso en la cara que me hizo saltar.

-Shuusha andamos nerviosa.-dijo bromeando.

-Me asustaste wom.-reimos y fuimos a la casa del Nico, se subió y me besó, dijo hola para los de atrás y fuimos donde la Aranxa, estacioné y golpeamos la puerta, nos abrió el Edgar que nos hizo pasar donde la Aranxa, estaba en cama, con una venda en el brazo y varios parche curitas. La saludamos mientras ella tomaba un té, luego de un rato conversandole pudimos explicar lo del beso con el Edgar pudimos aclararlo todo, así que todo bien entre nosotras.

-Em, tengo que contarles algo y necesitaba que estuvieran todos.-dijo la Aranxa nerviosa, todos la miramos en señal que continuara.

-¿Que pasa?.-dijo el Edgar, ella bajó la mirada y sonrió.

-...Estoy embarazada... -dijo ocultándose tras su chasquilla.
Todos abrieron exageradamente los ojos y la abrazamos con la Juana, los demás aún no terminaban de creerlo.

-¿Me estai webiando?.-dijo el Edgar con la cara entre sus manos y corrió hacia ella abrazándola, estaba llorando de felicidad...

Fin...?

Hasta que te encontré.《Nicolás》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora