Vigésima wea♥

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Cuando me iba a dar vuelta para ir hacía mi puerta, pero algo me detuvo, el Jaime me había tomado de los hombros y me miró a los ojos.

-El Nico no era el único que te encontraba linda en ese tiempo...-miró hacia abajo-... yo, también.


Sólo abrí los ojos, y en menos de un segundo, ya me había besado. No reaccioné, todo era confuso, sólo me besó y sentí sus manos temblorosas sombre mis hombros; comparado con el Nico, sus besos eran suaves y delicados, no como el Nico, que eran apasionados.


De pronto se separó y me soltó, sin mirarme, se dio vuelta y se marchó, yo me quedé ahí, viendo como se iba, si se daría vuelta, pero no. Cuando perdí su silueta entré a mi casa, cerré la puerta y me fui hacia mi pieza, donde me recosté.


-¿Cómo chucha voy a mirarlo a la cara?.-me decía a mi misma.


Comencé a pensar, y recordé que me preguntó lo que había hecho con el Nico, y le conté... Pobre Jaime.


El Nico... ¿Dónde estará?. Prendí el celular que había dejado cargando, y me levanté hacia el teléfono de casa, donde estaba guardado el número del Nico.


Marqué en el celular y lo agregué antes de todo, puse llamar y...


-Aló?.-me contestó una tipa.

-Hola?, con quien hablo?.- pregunté.

-¿Eso debería preguntarlo yo no crees?- dijo la voz de la otra línea.

-¿Está Nicolás?.-pregunté firme.

-El Nico?... Ehh...-hizo una pausa de más o menos 5 segundos-...Está ocupado, ¿quien habla?.

-Soy el Jaime weon.-dije sarcásticamente.

-El Jaime?.-dijo riendo.

-No, el Bestia-dije con el mismo tono.

La mina solo se reía.

-Pásame al Nico weon, es urgente.-dije irritada.

-Uyy bajame el tonito preciosa, ¿que impresión quieres que el Nico tenga de ti si tratas así a su polola?-dijo cuicamente.


Quedé en silencio, un escalofrío recorrió mi cuerpo, que me hizo sentarme encima de la cama, "su polola".


-Aló?, oye Alóo...-fue lo último que escuché antes de cortar. Unos segundos después, me volvió a llamar, pero no contesté ni corté, lo dejé sonar, y escuché la canción que había puesto a las llamadas...


"Conocerte fue un disparo al corazón, me atacaste con un beso a sangre fría y yo sabía, que era tan letal la herida que causó, que este loco aventurero se moría, y ese día comenzó, tanto amor con un disparo al corazón..."


Estuve así un rato, mirando el suelo, 20 o 30 minutos... Hasta que me dio hambre.

Me levanté y fui a comer, nada es suficiente para quitarme el apetito.


Cuando comí se me ocurrió llamar al Edgar, quien me respondió al tiro y como novedad, estaba solo.

Hasta que te encontré.《Nicolás》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora