Décima novena wea♥

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Después de un rato el Nico se apoyó el el hombro de _______ y se durmió, ella sólo puso su brazo al rededor de él, besó su frente y se durmió también. Cuando amaneció todos despertaron casi a la misma hora, todos con dolor de cabeza.


Narra rashitiens


Estaba en un sueño profundo, recordando todo lo que había pasado y hecho con el Nico, hasta que algo me despertó de a poco, tenía un cosquilleo en los labios, no le presté mayor importancia hasta que sentí un apretón, abrí los ojos y vi al Nico, me estaba besando y me había mordido el labio. Él estaba con los ojos cerrados así que también los cerré y me eché para adelante, besándolo también, él abrió los ojos y se separó un poco de mi.


-¿Te desperté?-dijo sonriendo.


-¿Me acabas de morder?-pregunté aún con sueño.


-Si,-dijo acariciando mi pelo,-no pude evitarlo... Perdón.


-¿Podrías...-hice una pausa para colocarme un mechón atrás de la oreja-...hacerlo otra vez?.


Mi respuesta pareció sorprenderle, pero a los segundos ya me estaba besando, y volvió a morderme, yo sólo sonreí, poniéndome más roja y él también.


Una mano tomo mi cabeza y otra la de él, separándonos.


-Ya calmense que si se ponen mas rojos se derriten, mejor ayuden a limpiar.-dijo el Jaime irritado.


-Ay Jaimeeel, no se me le ponga celoso, hay leche holyfen para todos -dijo ruiditos tomandole la mano al jaime.


-Ay sale de acá maraco de mierda.-dijo soltándose de la mano del Nico.


El Nico se volvió hacia mi y me ayudó a levantarme del sofá, poniendo mi brazo al rededor de su cuello y se paró.


-Puta que paja wom.-dije relajando el cuerpo tirándome para abajo.


-Ya párate que hay que ordenar.-dijo el Nico riendo, y metió su mano bajo mi polera.


-CHUCHA... Tení la mano helá.-dije poniendo los pies firmes en el suelo. Sacó su mano y comenzamos a ordenar la casa, entre todos la dejamos impecable, empezaron a irse al terminar, sin antes despedirse entre sí.


En la casa sólo quedábamos el Jaime, el Edgar, la Juana, la Aranxa, el Nico y yo, que nos echamos en los sillones.


-¿Y te compraste el celular?-preguntó de repente el Edgar.


-Si si, lo tengo en mi casa.-le respondí.


-¿Nos darás tu número?.-preguntó la Aranxa.


-Obvio, cuando lo sepa, sólo lo compré, ni lo he prendido.-dije.


Hasta que te encontré.《Nicolás》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora