Vigésima novena wea♥

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Salí del baño y tomé mi celular, el Nico seguía sin contestar, aquellas imágenes volvían a aparecer por mi mente, sin darme cuenta las lágrimas corrían por mis mejillas, cuando siento que me tocan el hombro.

-¿Pasa algo?.-preguntó.

-No nada-sequé mis lágrimas- ¿no sabe donde puede estar el Nico?.

-Podría estar con sus amigos ¿no crees?.-contestó la mamá del Nico sobándome la espalda.

-Veré, gracias.-le sonreí, lo cual ella hizo también y llamé al Jaime.

En la llamada~

-Aló?.-dijo pajeramente el Jaime.

-¿Jaime?.-pregunté.

-¿________?.-preguntó.

-¿El Nico está contigo?.-volví a preguntar.

-¿Ah? No, ¿por?.-dijo.

-¿No sabes donde puede estar?.-pregunté.

-Con el Edgar talvez.-contestó.

-Ah weno, chau.-dije.

-Chao bonita.-y cortó al instante. No le presté mayor importancia y llamé al Edgar quien se demoró en contestar pero igual lo hizo.

-Holens-dijo tiernamente como siempre.

-Hola Edgar, el Nico está contigo?.-pregunté.

-Ehh... No no, está la Aranxa no más.-contestó, su respuesta no me convenció mucho.

-¿Y sabes donde podría estar?.-dije.

-No no, ¿por qué?, ¿no que pelearon?.-preguntó.

-Si pero no me responde, asi que vine a su casa pero al parecer no está.-dije con voz temblorosa.

-Mmm... Si yo se algo te lo hago saber.-respondió.

-Bien, gracias.-dije y corté.

-¿Y bien?.-dijo la mamá del Nico de repente.

-No está con ellos...-miré hacia abajo.

-Ay ese cabro culiao se las va a ver cuando llegue.-dijo ella dirigiéndose hacia la cocina.

Volví a mi celular abriendo whatsapp, aún si quiera salía que había recibido el mensaje, lo intenté llamar una última vez... Nada. Lo bloqueé y guardé en mi bolsillo y miré hacia mi lado donde había una pared, me llamó la atención que había una marca, como que la habían golpeado, (era una de esas paredes huecas), puse mi mano sobre la marca y la deslicé sobre ella.

-Lo hizo el Nico antes de salir, le pregunté que por qué lo hizo pero no me contestó y sólo se fue.-dijo la mamá del Nico, no hablé, sólo la miré con ojos de preocupación, y al parecer se percató- Ya vendrá, ¿donde podría ir un weon mimado
y vago?.-amor de madre señores.

-Iré a buscarlo.- dije caminando hacia mi poleron y poniéndomelo.

-No no! está lloviendo afuera!.-dijo ella intentando detenerme, pero me puse mis zapatillas sin abrochar y salí corriendo.

Corrí sin rumbo, entre la oscuridad y la lluvia, la cual mojaba mi cara junto con mis lágrimas, hasta que volteé y vi una luz de un auto acercándose... ¿Por que mierda siempre pasa esto? Santiago culiao peligroso.

Cerré los ojos y cubrí mi cara con mis brazos, cuando la luz ya me cegaba frenó.

-Disculpe, ¿está bien?-se escuchó decir al conductor quien salia del auto, tenia una voz dulce aunque lo decía con preocupación. Poco a poco saque los brazos de mi rostro y vi una silueta cerca de mi, un hombre un poco mas alto que yo, quien estaba cerca mio, con sus manos sobre mis hombros, dejé ver mis ojos rojos lo que le hizo preocuparse el doble-¿que te pasa?.-preguntó.

Hasta que te encontré.《Nicolás》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora