Capítulo 8

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Regreso a casa aproximadamente a las 4 de la tarde, me sentía feliz, estaba feliz porque al menos una pequeña parte de mí,estaba bien, abro la puerta, entro a la casa y me soprende verlo ahí . Daniel Romero se encuentra en la sala de mi casa.

-Hola hermosa- dice con esa entonación que me irrita.

-¿Qué haces aquí? - pregunto a pesar de escucharme grosera.

-Vengo a visitarte y a..Amm consolarte después de que tu noviecito el soldado se fue de aquí -

-No me dejó, él va a regresar - digo tan molesta que me sonrojo.

-No te enojes preciosa, sólo digo la verdad y lo que pienso- dice mientras roza su mano en mi rostro.

-Sueltame- digo quitando su mano de mi cara.-¡largate!-

-Está bien- camina hacia la puerta pero retrocede me mira a los ojos y me besa, inmediatamente lo empujó y le doy una bofetada.

-Está me la pagas María - camina molesto a la puerta y al salir la azota con todas sus fuerzas.

Me quedo sin palabras, las lágrimas están por brotan, decido correr hasta mi cuarto, prácticamente me lanzo a la cama y rompo a llorar.

Quería llamar a alguien pero no tenía el valor suficiente para levantarme, soy tan débil, soy patética.

Recuerdo que desde que era una niña siempre fui muy timida,no hablaba  con alguien que no fuera Lili,ella era mi única amiga y por el momento todo sigue igual.No entiendo como rayos llegue a gustarle a Daniel,si tiene varias chicas que harían lo que fuera por él.

Mamá entra en mi alcoba irrumpiendo en mis pensamientos.

-Querida, Rossi me dijo que Daniel estuvo aquí,se escucharon gritos,él se fue y tú corriste a tu cuarto - dice acelerada.

-Sólo puedo decirte que tenía razón, él no es una buena persona -comienzo  a llorar otra vez, luego le cuento lo sucedido en la sala.

-Caray, no pensé que él fuese capaz de hacer algo así - luce decepcionada.

Me acerco a ella, me abraza y acaricia mi cabello rubio.

-Sé que lo que más te lastimó fue que te recordó la ausencia de Sebastián - dijo dando justo en el clavo.

-Tengo que admitir que es verdad - como se suponía que no me doliera algo así si lo amaba.

Conversé un rato más con ella, a partir de que había comenzado a salir con Sebastián, ella había cambiado, parecía más comprensible,  más feliz, no sé sí porque ahora yo salía con alguien o porque me había confesado la verdad.

Me quedo en mi alcoba todo el día, para distraerme decido leer mi libro preferido,me encanta leer,eso y la pintura sinceramente me hacen sentir mejor,después de un rato me quedo dormida.

Despierto en el suelo repleto de las hojas de otoño, me levanto en busca de alguna explicación,escucho ruidos, sonidos de llanto, sigo el sonido abrumador por un largo pasillo,mi camisón se atora en la ramas pero eso no me impide llegar hasta mi destino, de repente lo veo, es Sebastián, se encuentra recostado en una cama, una mujer llora a su lado, me acerco a ella, toco su hombro, me mira y en ese instante descubro que soy yo,me asusto, camino hacia atrás hasta chocar con la pared, de repente el entorno se transforma en un lugar obscuro y sombrío,veo un hombre a lo lejos,  se acerca a mí, es Sebastián, toca mi mano y ambos sonreímos, entonces él grita,es un grito desgarrador, su rostro se transforma en el de Daniel,se burla de mí mientras dice "Te lo dije, el abandonó, estas sola, nadie te puede proteger" al terminar la oración me empuja y caigo en un vacío....

Despierto agitada,sudando y con lágrimas en los ojos, esta vez no grité pero aún así siento que me muero.

En cuanto recupero la calma,me recuesto nuevamente en mi cama, miro la ventana descubierta de la cual la luz la de la luna ilumina mi cuarto,las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas, me pregunto en qué momento me enamoré tanto de Sebastián como para sentirme así tras su partida.Tal vez es verdad que el primer amor es el verdadero, no sé como calmarme, odio sentir esto,es horrible porque hace sentir viva y a la vez me mata.

-Sebastián, te extraño -susurro para mí .

Quiero creer que él mira la luna como yo lo hago,pensando únicamente en él, quiero creer que me ama como yo lo hago, faltan un par de semanas para que él regrese,deceo que este plazo termine para poder abrazarlo y besarlo,para decirle todo lo que lo amo,sonrío al pensar en ello,pero lo hago a un más al recordar la noche en que durmió conmigo,ese precioso instante en el cual era feliz y no lo notaba.

MaríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora