Capítulo 22

26 4 0
                                        

Tras la partida de Sebastián me encuentro sin ganas de salir o de hablar con alguien.

-¿María? - se escucha una voz al otro lado de mi puerta, es Lili.

-Pasa amiga- me levanto de mi cama y me limpio las lágrimas.

-¿Cómo estás? -

-Mal,hace tres días se fue mi esposo quien estuvo conmigo 4 días, además me siento extraña por estar en la casa de mi mamá teniendo la mia- digo exasperada.

-Tranquila, en pocos días estarán de nuevo juntos y podrán vivir en su linda casa pero por ahora debes comprender que Sebastián está cumpliendo con su deber y tú no puedes quedarte sola en tu casa -

-Tienes razón, me voy a calmar, ¿Cómo te está tratando Daniel?-

-Se ha portado muy bien, ni siquiera me exige que lo bese cuando no estámos en público y creo que de verdad quiere a mi bebé- Sonríe

-Eso es grandioso, nadie se hubiese imaginado que Daniel fuese tan buena persona -

-Aun así, sigo extrañando a Felipe de cualquier forma es el padre de mi hijo,fue el amor de mi vida y ocupa gran parte de mi corazón - Lili está al borde de las lágrimas.

-Compremos un helado- digo para intentar consolarla.

-¿De chocolate? - dibuja una gran sonrisa.

Ambas nos dirigimos a la plaza,pero antes de llegar noto que Rossi se encuentra abrazada a un joven,creo reconocerlo,su nombre es Eric, es hijo del panadero.

-Creo que tu hermana ya tiene un novio- dice Lili.

-Al parecer si-

Seguimos nuestro camino a la heladería.

Pasan los días hasta que por fin se cumple el plazo,ya es 13 de marzo sólo faltan unas cuantas horas para verlo.

-¿Quieres que te acompañe al muelle cuando llegue Sebastián? - pregunta Rossi.

-Quería pedirte eso,no me gustaría ir sola-

-Cuenta conmigo,sólo tomo un baño y me arreglo un poco-

Más tarde Rossi y yo estamos listas para recoger a Sebastián,para cuando llegamos ya hay bastante gente esperando a su familia.

El capitán comienza a anunciar a los caídos en batalla.

-Cornelio Elizalde,Simon Montés, Sebastián Vallejo....-

Al escuchar ese nombre  se me hiela la sangre y no puedo respirar adecuadamente, Rossi se asusta, llega Felipe a nuestro lado.

-¡Dime que no es cierto! - grito y lloro al mismo tiempo de tal manera que todos pueden oírme.

-Tranquila, por favor, si es cierto Sebastián nos dejó...-

No lo resisto más de pronto me mareo y todo se torna negro, para cuando despierto estoy en la casa de mis padres.

-¿Cómo te sientes hija? - pregunta pregunta mamá.

-¿Es cierto? ¿Sebastián esta muerto? -

-Hija yo..- tartamudea.

-Dime la verdad- exijo.

-Si es cierto -

Comienzo a llorar y lo sigo haciendo toda la madrugada, no puedo dormir,tampoco comer ni levantarme de la cama.

-Amiga tienes que comer,han pasado dos días y tú no has probado bocado alguno- dice Lili amable.

-No tengo hambre, no tengo ganas de nada-

-Yo sé que lo amabas pero la ausencia de alguien no tiene porque ser triste si se encuentra en un mejor lugar- ella acaricia mi cabello.

Me limpio las lágrimas e intento comer un poco sin embargo no hablo mucho durante el día, por la tarde salgo de la cama y sin decirle a nadie me dirijo a lo que era mi hogar con Sebastián, simplemente entro a la casa miro todo, me dejo caer débil y otra vez comienzo a llorar.

Cual alma sin consuelo recorro toda la casa pensando en lo que pudo haber sido, en todo lo que perdí antes de tenerlo.

Regreso a donde empecé, me recuesto nuevamente en el suelo y cierro los ojos para no pensar en nada ni en nadie.

Después de algunas horas alguien entra y se acerca a mí, al notar que estoy despierta se recuesta a mi lado.

-Hola- dice Eddy, me sorprende verlo aquí.

-Hola-

-¿Intentas matarnos a todos de un susto?- sonríe.

-La que quisiera estar muerta soy yo-

-No digas eso,le harías falta a tus padres,a Rossi, Lili pero más que nadie a mí - frunce el seño- Sé que fui un tarado contigo pero después de todo lo que pasó sigues siendo mi mejor amiga y eso no tiene porque cambiar,no quiero que cambie-

-Sólo voy a lastimarlos a todos con los fragmentos de mi vida destrozada-

-O tal vez te ayudemos a pegarlos- él  toma mi mano y me levanta del suelo.

Nos dirigimos a casa y en el camino me canta,sé que nadie me quiere ver así pero no sabes que hacer cuando falta algo de ti y juro que por ellos,por los que aún tengo a mi lado voy a luchar y seré libre de esta prisión de tristeza.

Sebastián se ha ido pero yo sigo aquí y tengo que apreciar lo que se ha quedado conmigo,no hay más opciones.

MaríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora