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Hubo un tiempo en que el universo había sido una algarabía de luces y colores. Hubo un tiempo en que se mirara hacia donde se mirara, los ojos se encontrarían con el brillo de millares de estrellas, aunque éstas ya hubieran desaparecido tiempo atrás. Hubo un tiempo en que el universo estaba vivo.

Hacía ya mucho tiempo de eso, y él lo sabía.

El universo que observaban sus ojos era un universo agonizante, con algún que otro punto brillante en medio de la negrura que poco a poco iba apoderándose de todo.

Simplemente observaba, sin articular palabra ni realizar gesto alguno. Permanecía quieto, observando a través de unos ojos que no cesaban de llorar pese a no derramar lágrima alguna. Ignoraba cuánto tiempo llevaba allí. A decir verdad, era lo único que no conseguía recordar, mientras el resto de pensamientos que pretendía relegar al olvido bullían en su cabeza. Tanta gente, tantos lugares, tantas historias... Todo aquello se agolpaba en su cabeza mientras él observaba el fin de todo.

El universo estaba desapareciendo, y él quería desaparecer con el universo.


El Doctor Perdido (Doctor Who)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora