capitulo 31 parte 1

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La noche del viernes, la primera del ritual, justo después de la puesta de sol, Draco se marchó de casa en busca de sangre. Hermione lo acompañó hasta el coche. Se besaron, pero ninguno de los dos habló. En realidad no quedaba nada que decir.

Hermione llamó por teléfono a Rene. La terapeuta no contestó, y Hermione no le dejó ningún mensaje. Quizá la llamara el lunes. Si podía.

 Justo cuando colgó, llamaron a la puerta. Hermione oyó una voz, la reconoció y corrió al vestíbulo.  

  —¡Dios mío! ¿Qué estás haciendo tú aquí?

—Déjame entrar —dijo Rene, pasando por delante de Ginebra—. ¡Hermione, qué alivio ver que estás bien! Estaba muy preocupada por ti.

—Por supuesto que estoy bien —contestó Hermione mientras ambas se abrazaban—. Te lo dije.

—Tenía que asegurarme de que no te habían coaccionado cuando me llamaste por teléfono.—Esta, sin duda, es la terapeuta 

—dijo Theo, que inmediatamente le hizo un gesto a Ginebra para indicarle que cerrara la puerta.Ginebra cerró y Hermione notó que echaba el pestillo.

—Sí, lo soy, Rene Curtís, y tú eres Theo —saludó Rene, alargando una mano que Theo no estrechó. 

 Se armó un pequeño revuelo en el vestíbulo. Aparte de Theo y Ginebra,Bellatrix y Narcisa salieron a saludar a la inesperada visita y, tras ellas, Rodolphus.

Rene miró a su alrededor, estudiándolos a todos.—Así que estos son los vampiros...—Rene, no deberías estar aquí —dijo Hermione, respirando hondo—. Realmente es muy mal momento...

Rene se giró hacia ella y contestó:

—Hermione, eres como una hija para mí, y tú lo sabes. No podía olvidarme de ti por las buenas, después de todo lo que hemos pasado juntas. Además, quería conocerlos.

—Y ahora que está aquí, ¿qué vamos a hacer con ella? —preguntó Ginebra.

—¿Hacer conmigo? Invitarme a entrar, por supuesto —contestó Rene—. Quiero saber exactamente qué pasa con Hermione, al detalle. Sin duda, necesita un abogado.

—Hermione jamás ha necesitado que nadie hable por ella —afirmó entonces Narcisa con una voz que, a juicio de Hermione, jamás había sonado tan fría—. Es perfectamente capaz de defenderse ella sola.

  —Pues yo no lo creo en absoluto. A mi juicio, habéis hecho algo más que maltratarla y, definitivamente, es muy vulnerable. Alguien tiene que estar de su lado.  

Hermione alzó las manos y sacudió la cabeza, diciendo:

—Espera, espera un minuto, Rene. No necesito ayuda. Te lo dije.

—Quizá sea usted la que necesita ayuda —sugirió entonces Rodolphus, mirando directamente a Rene.

—Y tú debes de ser Rodolphus. La descripción encaja perfectamente.

—¡Dios mío, pero si nos conoce a todos! —exclamó Ginebra. 

Rodolphus no dejó un segundo de escrutar a Rene, que dijo entonces:

—Tu pericia hipnótica no te servirá conmigo. No solo estoy familiarizada con las últimas técnicas de hipnosis, sino que además mi receptividad a tus poderes de sugestión es voluntaria y consciente mente nula. 

Rodolphus esbozó una leve sonrisa que Hermione no encontró en absoluto amistosa, y luego declaró:

—Sugiero que invitemos a entrar a la señorita Curtis como hace uno cuando un vampiro desea entrar en una casa particular.

EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora