capitulo 32

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Hermione se despertó cuando Draco encendió la luz. Abrió los ojos lentamente. Una dura máscara de piedra con ojos grises incrustados se asomaba por encima de su rostro. Su fría mirada la acobardó por un momento, hasta que espabiló.

El aspecto de Draco aquella noche era muy distinto, tanto como distinta se sentía ella. Toda su carne temblaba de sensualidad. No sabía si era el efecto de beber sangre o qué; quizá solo se lo estuviera imaginando, pero el resultado era una nueva confianza en sí misma que no estaba acostumbrada a sentir.

Y, a solas con Draco, y con el aspecto de él, sin duda necesitaba toda la confianza en sí misma de la que pudiera disponer.

Abandonaron juntos el dormitorio sin decir una palabra. Al llegar al rellano dela escalera del segundo piso, Bellatrix la llevó otra vez al dormitorio de invitados.

Rene estaba de nuevo sentada en la cama, esta vez a los pies, reclinada sobre un brazo. Tenía unas enormes ojeras, y parecía un poco confusa.

— ¿Te encuentras bien? —preguntó Hermione.

— Nada que no pueda curar un trago.

Las demás no dijeron nada.

— ¿Por qué no le dais algo?

— Eh... preciosa, que está en las últimas —dijo Ginebra.

— Escucha, creo que tiene un problema con la bebida... —continuó Hermione.

— ¡No!, ¿en serio? Le sale alcohol por los poros como si fuera vapor venenoso.

— Está habituada al alcohol, la mantiene en calma. Quizá si le...

— ¿Yo?, ¿un problema con el alcohol? —rio Rene—. Dime, Hermione, ¿de dónde has sacado el título de experta en terapia?

Mientras hablaba, la mano que apoyaba en la cama resbaló por la colcha, cayendo de lado.

Hermione jamás había visto a Rene así. Y, ciertamente, se sentía tan capacitada para controlar la situación como incapaz era Rene.

— He venido a conocer a tus vampiros, y ya lo he hecho —dijo Rene, enderezándose de nuevo—. Son un fraude.

Hermione miró a su alrededor. Era evidente, por la expresión de los rostros de todas, que Rene suponía una grave complicación.

— Rodolphus se ha despertado pronto —dijo Ginebra—, al caer el sol, y se la ha encontrado como una cuba —añadió, desenroscando el tapón de la petaca plateada y volcándola—. Vacío.

— Sí, él es maravilloso —continuó Rene, articulando las palabras a duras penas—. Tal y como me lo describiste, Hermione. Vibrante. Arcaico. Me conoce profundamente, lo siento. Pero sus poderes hipnóticos no son en absoluto milagrosos.

Las manos le temblaban, incluso la cabeza de Rene se balanceaba ligeramente a los lados.

— Rene, no deberías estar aquí...

— Ya no hay tiempo para eso —la interrumpió Bellatrix —. Rodolphus ha decidido que no le ha dicho nada a nadie de nosotros. Aún. El resto, lo de los casetes, es cierto—Bellatrix le hizo un gesto a Hermione con la cabeza para que tomara asiento—.Tendremos que ocuparnos de ella después del domingo.

— Esta noche el ritual durará desde la puesta de sol hasta el amanecer —dijo entonces Morianna—. Son muchas horas. Tienes que tomar la sangre de Draco tres veces. Narcisa se ha ofrecido para prepararte una poción que puede que quieras beber a lo largo de la noche, en apoyo de tu causa.

EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora