Hermione se quedó mirando el rostro de la muerte. Draco ya no parecía Draco, y lo que lo animaba y le daba vida parecía inalterable. Los últimos vestigios de humanidad habían desaparecido de su rostro. No quedaba en él ni amabilidad, ni nada que pudiera evocar la empatía o la simpatía entre ellos dos, solo el instinto básico de supervivencia. Y, frente a la desesperada necesidad de Draco, yacía ella y su destino.
- ¡Tómame! ¡A mí! -gimoteó Rene. Draco agarró el cuello de la camisa de Rene y tiró. Lo desgarró y lo abrió. Le sobresalía cada músculo del cuerpo, tenso y a punto de actuar. Abrió la boca de paren par. Hermione jamás había visto sus dientes tan largos. Rene gritó al sentir que él se los hincaba en el cuello.
Se revolvió y brincó, chillando:
- ¡No! ¡No, apártate! ¡Ayúdame! ¡Por favor, no me mates!
Draco echó la cabeza atrás. Le caía sangre de la mandíbula, rebosaba por su barbilla. Sus pupilas se contrajeron hasta parecer dos puntos. Parecía un lobo, apunto de desgarrarle el cuello a Rene y de tragarse su sangre y su vida. Su rostro se deformó otro poco más, pareciendo menos el de un animal y más el de un extraterrestre.
El cuello de Rene rebosaba rojo. No tenía dos pequeñas incisiones limpias, sino un buen tajo de carne rasgada.
A pesar del terror, Hermione sentía desbordarse dentro de sí una sabiduría tan arcaica como la tierra misma sobre la que yacía, un instinto basado en una antigua conexión. La saturaba, apartaba de sí el temor.
- ¡Draco!
Él desvió la cabeza hacia ella. Hermione se quedó mirando esos ojos que ya no la veían, y dijo la cosa más sincera que se le ocurrió:
- Te quiero.
La única respuesta de Draco consistió en dejar de atacar.
Mientras Rene sollozaba, Hermione vio su propio miedo reducido a cenizas gracias a una claridad emocional poco familiar para ella. Hermione sostuvo la mirada de Draco, la mirada de un loco, de un animal salvaje, de un monstruo, y su fuerza lo contuvo.
Poco a poco, con movimientos lentos, Hermione se deslizó hacia atrás y salió de debajo de él sin dejar de mirarlo. Draco la dejó marchar.
Entonces Rodolphus apareció detrás de Draco, enmarcado por la brillante luz del cruce. En la oscuridad de la noche su aspecto era el de una escultura de mármol. Parecía flotar como una neblina oscura por el aire hasta que llegó junto a Rene.
Draco soltó entonces a Rene, que se acurrucó en la nieve llorando, herida y sola. Hermione solo podía sentir lástima por ella mientras veía a Rodolphus apartarla del peligro.
Hermione se incorporó y se alejó de André. Todos los demás se acercaron y se quedaron en la misma posición que habían ocupado en la sala. Todos excepto Rene, que seguía con Rodolphus; y Morianna, que se quedó de pie detrás de Hermione, donde había estado el fuego, con los ojos brillando como dos ascuas de un rojo azulado. Ascuas que habían vislumbrado otro mundo.
- Es muy apropiado estar en un cruce -dijo Morianna-, donde se encuentran la vida y la muerte, donde es posible la transformación. Conocemos la sabiduría de Sofía, pero la hemos olvidado. Recordarla a tiempo es un milagro.
Hermione vio a Michael a un lado, en brazos de Theo. Los ojos del niño, muy parecidos a los de ella, brillaban. Su cabello, tan negro como el de Draco, estaba salpicado de blanco. Aquel era su hijo, y su nacimiento, en una noche como aquella hacía exactamente nueve años, había durado horas. Él la saludó con la mano y Hermione se dio cuenta otra vez de cuan precioso era para ella. Ginebra estaba a su lado. Y los demás: Narcisa y Bellatrix rodeando con los brazos a Susan y a Claude, Rodolphus abrazando a Rene, que no dejaba de llorar.
En la distancia, las campanas de la catedral dieron las doce y resonaron en el aire. Junto a aquel melodioso sonido se oyó la voz de Morianna.
- Y ahora, André debe recibir.
La nieve comenzó a caer más copiosamente, y Hermione no pudo evitar quedarse helada. El miedo resucitó en ella, y se echó a temblar. Pero, a pesar de ello, Hermione se retiró el pelo hacia atrás y lo dejó sobre el hombro izquierdo. Giró la cabeza y miró a Draco a los ojos de nuevo.
Él avanzó hacia ella inmediatamente. Labios helados, filosos. Dientes cortantes, como el hielo. Él los clavó en su carne aguda y rápidamente. Aunque su cuerpo temblaba, ella era muy consciente de él, presionándose contra ella. Draco temblaba aún más.
Cuando sus incisivos la hubieron cortado con la suficiente profundidad, Hermione sintió el filo de sangre saliendo de su carne. Los labios de Draco cubrieron las dolorosas heridas, entumeciéndolas. Ruidos de lamer, succionar, tragar. Ella sintió cómo se llevaba todo lo que él mismo le había dado, y más. El corazón le latía erráticamente. Un sudor helado la congelaba.
- Abrázame -susurró ella.
Él la tomó de los hombros y la giró hasta que estuvo de cara a él, sin que sus labios abandonaran la garganta ni un segundo. Succionó con fuerza, sin parar, haciendo una fuerte presión sobre su piel y sus músculos.
Mientras tanto, la carne de él cambiaba, le volvía el color. El cuerpo de Draco se calentó poco a poco, y Hermione se presionó contra ese calor, porque su propio cuerpo se había quedado helado y débil. El corazón le latía errático, se paraba por momentos. Le costaba respirar, no podía concentrarse. Un débil gemido salió de sus labios, un sollozo.
Él la estrechó muy cerca de sí, acarició su cabello, la meció en sus brazos, la rodeó con las piernas.
- Tengo tanto miedo... -lloró ella.
Las lágrimas se congelaron en sus ojos. Draco la estrechó apasionadamente.
Le costaba cada vez más respirar, según se iba debilitando. El corazón le latía alocadamente, sin ritmo. Hermione era consciente de que a veces se paraba.
No supo cuándo Draco la tomó en brazos, pero en determinado momento notó que la bajaba por la falda de la montaña en medio de la oscuridad y de los árboles blancos. La fragancia de los pinos, el sonido de los labios de él, el calor de su cuerpo y la fuerza de sus brazos fueron las últimas sensaciones que experimentó mientras la puerta se cerraba y entraba en el valle de la muerte.
ESTÁS LEYENDO
EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)
Fanfictionesta es una adaptación del libro EL NIÑO DE LA NOCHE de la escritora nancy kilpatrick espero les guste. personajes: Hermione Granger Draco Malfoy Narcisa Malfoy Bellatrix Lestrange Rodplphus Lestrange Theodore Not Ginebra Weasley estos personajes pe...