EL NIÑO DE LA NOCHE ( DRAMIONE)

capitulo 25

- ¡Dios mío! ¡El retorno de la madre del hijo de Drácula! —exclamó Ginebra mientras los tres entraban en el salón.

- Ve a buscar a Narcisa —ordenó Draco a Michael, que corrió de vuelta a lapuerta.

Draco tiró la bolsa de gimnasia sobre la mesa del café.

- ¿Qué es todo eso? —preguntó Theo mientras revolvía dentro de la bolsa y sacaba estacas y cruces.

- ¿No irías a usar eso con nosotros? —preguntó Ginebra, atónita.

- No. No podría —contestó Hermione, tratando de explicarse—. Era solo por si acaso.

- Sí, por si acaso se le ocurría encender una hoguera —comentó Draco consarcasmo—. Siéntate ahí.

Hermione se sentó junto a la ventana, en un sillón orejero malva algo apartado del resto de los muebles. Al lado de la chimenea había dos sillones más, colocados enfrente de un enorme sofá de cinco plazas, todo ello rodeando una enorme mesa circular para el café. También había dos pequeños sofás de dos plazas cada uno, tapizados con una tela azul clara de flores que contrastaba con el resto. El estilo estaba bien definido, pensó Hermione.

Michael volvió corriendo al salón con Narcisa. El chico se aproximó a Hermione lentamente, pero al final se quedó al borde del puf que había delante del sillón de ella. La miraba como si estuviera hipnotizado, la expresión de su rostro era una mezcla de curiosidad y asombro. Era adorable, pensó Hermione. No era vergonzoso ni inseguro. Deseaba alargar la mano para abrazarlo, pero intuía que podía asustarlo. Y entonces se dio cuenta de que la que se asustaría sería ella.

- Oíd —anunció Ginebra al tiempo que salía del salón—, voy a descongelar un par de jarras de hemo. Parece que esta noche cenamos aquí.

- Hermione, ¿cómo conseguiste nuestra dirección? —preguntó Narcisa.

- Dice que se la dio Rodolphus —contestó Draco.

- No me lo creo —afirmó Theo.

- Ni yo —aseguró Draco.

- Cuéntanos, Hermione —insistió Narcisa.

- Me la dio Rodolphus.

- ¿Y cómo encontraste a Rodolphus?

No tenía intención de traicionar al inspector LePage.

- Recordé que su apellido era De Villiers, y entonces me acordé de que una vez Bellatrix dijo que Rodolphus debía haber vuelto ya a Austria con sus hijos, así que fui allí y los encontré en el censo.

- ¿Y por qué Rodolphus te dio nuestra dirección?

- No lo sé.

- Eso no tiene ningún sentido —comentó Theo.

- Eso fue lo que dijo toda su familia —añadió Hermione —. Pero después, cuando le preguntaron por qué os traicionaba, él dijo que no os estaba traicionando. Dijo que simplemente no quería ser un obstáculo para el destino.

- Voy a llamar a Viena. Quiero asegurarme de que todo eso es cierto —dijo Theo.

- ¿Cómo conseguiste recordar? —siguió preguntando Nercisa.

- Hice una terapia. Tardé años. Más que nada hacía hipnosis. Hay una personaque cree en mí.

- ¡Alguien nos conoce!