La Pista de Nicolas

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En una oficina del FBI, Washington, D.C. Un año después del incidente.

Michael está sentado en su escritorio revisando algunos periódicos, especialmente las crónicas criminales. Esperaba encontrar alguna pista de Nicky, desde lo ocurrido en Canadá, el mismo no había matado a nadie más. Ya no se encontraban cuerpos muertos en rituales satánicos. Solo los crímenes normales, si es que se le puede llamar normal el matar a una persona. Desde hace un tiempo ha tenido que dejar la investigación de Nicky y perseguir a criminales regulares, varios ladrones interestatales, uno que otro homicida sicópata, fáciles de localizar. Pero nada relacionado con el caso de Cuerno Pequeño.

Al no poder encontrar nada en esa pila de papeles, los dobló y los puso en una caja de cartón al lado derecho de su escritorio. Su lugar de trabajo tenía lo último en tecnología disponible para el gobierno. Una de las primeras notebooks que reemplazo su vieja computadora personal, con el exitoso Windows 95, el cual facilitaba el uso de la internet. La red de comunicación global desarrollada por el ejército y que ahora estaba disponible para uso de todas las personas del mundo. Correos electrónicos, páginas web con cientos de lugares para obtener información que antes solo era posible en las bibliotecas de la ciudad, aunque todavía era muy limitado, pero sumamente útil. Una foto de él junto a Bradley cuando se graduaron adornaba la parte izquierda del escritorio, junto a otra de su madre mostrando una hermosa sonrisa. Y lo mas resaltable en dicho escritorio, una Biblia y un libro de estudio sobre el libro de Daniel escrito por H.A. Ironside.

Michael usaba su notebook buscando entre sus archivos sobre la investigación de Nicky, parecía que estaba varado y nada podría hacer hasta encontrar otro asesinato y una fotografía del sospechoso. Lo que si había podido establecer, era que Nicky era el líder de una secta, y tenía muchos seguidores. Lo ocurrido en Canadá fue una trampa montada por él y sus seguidores siguieron al pie de la letra sus órdenes. Incluso Ed, el hombre de la tienda, pertenecía a dicha secta. Cuando se le descubrió, se dio aviso a las autoridades y el hombre huyo de la policía montada por toda la ciudad. Al verse acorralado subió a un edificio alto de la ciudad, siendo perseguido hasta la cúspide. Según el informe policial se paro al borde del edificio y aunque trataron de disuadirlo el hombre miro al cielo, levanto sus manos y exclamo a gran voz:

-El Reinará.

Dicho esto se lanzo al vació, cayendo al pavimento y destrozando todo su cuerpo, la muerte fue instantánea. La policía allanó la casa de Ed, solamente encontraron muchos libros ocultistas y de brujería. Un gigantesco cuadro de Alestier Crowley dominaba la sala del lugar, con su mirada enigmática. Al hacer otro allanamiento a su negocio se podían hacer extrañas relaciones de los productos que vendían. Muchos tenían símbolos ocultistas, ojos de Horus, estrellas de cinco puntas y cosas similares tenían muchos de los llaveros y recuerdos que vendía. Ni siquiera el mismo lo notó la primera vez que fue allí. Michael miraba las fotografías enviadas por la policía canadiense una vez más.

Del cuerpo de Ed, no hubo mucho que recuperar, las fotografías del cadáver del hombre parecían un rompecabezas que fue difícil de armar para los forenses encargados de la morgue. Los registros telefónicos tampoco ayudaban, se notaba que esta gente tenía mucho cuidado con los pasos que daban.

El piloto del hidroavión también mostró poco indicios de relación cuando allanaron su residencia. Solo que le gustaba leer muchos comics de Hellblazer, tenía una gran colección, según decía el informe. Su conocimiento de comics era muy limitado, no le gustaba el género de superhéroes. Del comic mencionado no tenía ni idea de quién era el protagonista de la misma, John Constantine. Pero cuando le enviaron la fotografía de la colección de comics, estuvo a punto de caerse de espaldas. La imagen del Constantine era casi idéntica a la de Nicky. Sus superiores solo veían a un loco estafador y asesino que utilizaba a las personas para realizar sus crímenes. Era algo único en su clase. El veía algo más en esto, como una conspiración que iba más allá de lo natural. Era obvio que ellos no manejaban la información espiritual que él había descubierto el día del incidente. Así era difícil que obtuviera más recursos para seguir con la investigación en un punto muerto. Todo lo recopilado lo junto y preparo el informe que presentó a sus jefes hace unos meses en un intento de que tomarán interés por el caso. Pero al no haber más cadáveres por la nación era muy difícil que lograra algo significativo. Por otro lado era bastante consolador ver que Cuernitos no estuviera matando gente como antes, por ahora.

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