H de Helado

1.2K 175 19
                                    

A Guillermo le encantaba el helado de chocolate. Dulce néctar cremoso de amargo sabor.

Si estaba triste, tomaba helado, si estaba feliz, también tomaba helado. La vida es mejor si la gente toma helado. Si tu querías caerle bien a Guille, pues le comprabas un cono de helado de chocolate. Si tu... bueno, en fin, Guillermo y el helado, el helado y Guillermo siempre de la mano, ¿se entiende no?

Así que cuando aquella heladería abrió a solo unas calles de su instituto, estaba realmente flipándolo en colores. Aquello significaba helado las 24 horas del día, los 365 días del año.

.

.

.

.

Samuel odiaba su nuevo uniforme, odiaba su nuevo trabajo y odiaba a Frank por arrastrarlo a toda aquella movida.

Maldito sea el día en que se dejó llevar por la tontería de su compañero, pero ¿Quién iba a pensar que el dueño de aquella heladería se enfadaría al ver su nueva cristalería rota por dos chavales jugando un poco de fútbol?

No era su culpa no saber jugar fútbol tampoco. O que Frank lo hubiera dejado tirado y hubiera corrido como si el mismísimo demonio lo persiguiera.

Ya se las pagaría...

Pero ahora, justo ahora, en el presente, odiaba su vida.

En un horrendo gorro con forma de cono de helado y un afeminado delantal rosa chillón, consistía su uniforme. Genial , simplemente genial.

Estando el local a unas cuadras del instituto al que concurría, prácticamente conocía a toda la clientela. Flipa chaval, que vergüenza tenía de que lo vean vestido así...

Pero había alguien a quien nunca había visto. Un chico, seguramente de su edad solía ir cada Viernes sin falta. Vestía con el uniforme típico del instituto, pero Samuel juraba no haberlo visto jamás por los pasillos por más raro que suene. Y vaya que lo extrañaba, porque un joven tan hermoso como él era difícil de pasar desapercibido.

Aquel día Javier, su jefe, había tenido que salir por unas horas y había dejado a Samuel a cargo de atención al cliente.

Era Viernes, uno de los días más movidos en el trabajo, pero la lluvia y los rayos hacían a la gente el reconsiderar el abandonar la comodidad y calidez de su hogar.

Excepto a alguien.

.

.

.

.

Guillermo estaba loco si. Había salido en medio de una tormenta eléctrica, sin abrigo ni paraguas, solo para comprar un cono de helado.

O bueno, tal vez no solo había ido por el helado. Tal vez había ido también por el joven de cabello castaño que trabajaba allí, y al cual se había encargado de espiar todos y cada uno de los Viernes en los que concurría al local.

Aunque obviamente este no le daba ni la hora.

Había llegado a la heladería, completamente mojado y con el frío colándose en todos sus huesos. Pero se sorprendió al ver que quien tomaba la orden no era aquel amable anciano de siempre, si no el joven apuesto de musculosos brazos.

Dudo en entrar o dar media vuelta y volver a casa, es decir, que vergüenza que lo vea así. Pero ya estaba allí, y el ya lo había visto.

Entró bajo la atenta mirada del otro, con los colores en el rostro.

"E-eh hola- yo..."

"¿Quieres un cono de chocolate, verdad?" rió el joven.

Y si podría ponerse más rojo de ser posible, los semáforos lo hubieran envidiado.

El chico frente a él también se sonrojo,no tanto pero al fin y al cabo un sonrojo.

Asintió quedamente y desvió su mirada al suelo pensando en como sabría su pedido, ¿es que alguna vez lo habría escuchado?.

El joven rápidamente se puso a hacer su orden con manos temblorosas, carraspeó un poco llamando su atención "Gran día para salir ¿verdad?" intentó romper la tensión.

Guille rió, y Samuel se enamoró de su risa.

"Gracias.." le sonrió Guillermo al recibir su pedido.

"Samuel, me llamo Samuel"

"Pues gracias Samuel" le pagó y se volteó dispuesto a marcharse, con su helado y un lindo recuerdo del chico de la heladería. Pero antes de siquiera poder dar un paso, Samuel cogió su mano y rápidamente tomó un bolígrafo, anotando algo en ella para después sonreír le y dejarlo ir.

Guille llegó a su hogar con el rostro sonrojado y el corazón galopeando sobre sus costillas. Por fin, en la soledad de su habitación se permitió ver que era lo que había escrito el otro en la palma de su mano. Y entre el agua de lluvia y su propia transpiración logro distinguir en letra clara y fina algo que le alegró el resto del fin de semana.



"Este es mi número, llámame si quieres ir a por un helado

o algo por el estilo ;) -Samuel"





(N/A : Realmente me ha encantado escribir algo como esto xD No tengo mucho más para decir.

Solo le quiero agradecer a todos aquellos que me leen, que votan y cometan estos pequeños drabbles ☜(ˆ▽ˆ) (incluso a ustedes, lectores fantasmas). Quiero que sepan que valoro el que se tomen un momento para leer estas chorradas que escribo LOVE PA'SUS COLITAS (っ◔◡◔)っ ♥

En fin, espero que les haya gustado, ya saben que cuando comentan, votan y esas cosas hacen feliz a las escritoras , un besaso y un saludo.

DendriTaah

Con las letras del abecedario |Wigetta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora