G de gato

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Guillermo nunca había sido lo que se podría llamar "tierno". Era borde, cabezón, celoso, frío.

Y aun así lo amaba.

Lo amaba como un loco, con todo su cuerpo y toda su alma; y no había momento en el que se arrepintiera por el hecho de hacerlo.

Pero ahora... ahora... era todo lo contrario. Dulce, tierno, cariñoso, mimoso.

Aunque no conmigo. Que soy su novio.

Y vaya que estaba celoso, MUY celoso. Lo admito.

Porque Guillermo era mío, y solo mío. Y si, sabía que estaba siendo un estúpido celoso sin argumentos, porque no tenía razones para sentirme así.

Pero no había vuelta atrás. Lo haría.

"Hola compañero, ven aquí... Tenemos algunas cosas de que hablar" una mueca maliciosa tiró de las comisuras de mis labios.

Él solo me miraba con sus grandes ojos verdes, aparentando inocencia. Veía la maldad pura en sus ojos.

Solo Dios sabrá cuanto lo odio.

Lo tomé con ambas manos, pero tratando de mantenerlo lo más alejado de mi cuerpo que fuera posible.

Malditos sean los gatos y su adorabilidad-ablanda-personas-frías-cabezonas-bordes. O mejor dicho, maldita sea la existencia de este gato en particular, que me robó a mi novio desde el primer momento en que piso este departamento, 2 meses atrás. Dichoso el día en que lo vi solo en la calle, en medio de la lluvia y su fachada de niño bueno removió sensaciones en mi cálido corazón.

"Tu y yo tenemos unos asuntos que arreglar" lo fulminé con la mirada, una vez nuestros rostros se encontraron.

Y me dirigí a pasos agigantados hacia la puerta principal del pequeño departamento que compartía con Guille. Oh si, claro que lo haría. En esta casa no había lugar para ambos, por lo que aprovecharía que ahora mi pequeño novio estaba fuera, en la universidad, para deshacer me de la bola de pelos.

Pero justo cuando estaba por abrir la puerta, esta se abrió en mis narices, obligándome a retroceder unos pasos sorprendido.

Guillermo me miraba desde el marco de la puerta, una de sus cejas alzadas me demostraban que él ya sabía sobre mis intenciones.

"¿Qué haces con Tom, Samuel?" entrecerró sus ojos.

"Oh-uhmm-yo-t-tu sabes...yo estaba... ¿por ir a dar un paseo con el?"

Y si, no se mentir.

Vi como su ceño se relajaba y un brillo maligno se instalaba en sus pequeños ojitos. "Estas...celoso... de...¿un gato?" me picó.

Eh iba a negar todo, lo juro, pero verlo ahí burlándose de mis emociones no hizo más que encender la chispa dentro de mi.

Actuando cegado por los celos, lancé el gato a tomar por saco (¿por algo caían de pie no?) y tomé a mi novio con fuerza del antebrazo, obligándolo a entrar y empotrándolo contra la puerta luego de haberla cerrado.
Guille gimió de la sorpresa al verse atrapado entre la puerta y mi cuerpo.

Tomé sus labios en un beso posesivo, dominando al pequeño a mi antojo. No sabría decir si el estaba siendo sumiso o si estaba tan sorprendido que no había podido reaccionar, pero en ese momento realmente no me importaba.

"Eres mio, mio mio mio mio" repetía una y otra vez, como si fuera mi mantra, mientras mordisqueaba la línea de su mandíbula. Y él, cegado por el deseo me respondía entre hermosos jadeos en mi oído "Tuyo, solo tuyo".

Bien, creo que talvez lo pueda compartir un poco con la bola de pelos. ¿Que tal un treinta setenta? Él se lo quedaba de día, pero de noche era completamente mío...

(N/A : Hola! :D eh aquí el drabble que prometí en compensación. Espero que les haya gustado leerlo tanto como a mi me ah gustado el escribirlo e imaginarlo.

¿Alguna idea sobre la letra H?

Saben que si votan y comentan hacen súper feliz a nosotras, las escritoras!

Nos vemos pronto, un besazo :*

DendriTaah

Con las letras del abecedario |Wigetta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora