SHE WOLF ¹ | Liam Dunbar

Capítulo 5

           

—Diablos —gruñí y miré con enojo al estúpido que hizo que mis cosas cayeran de mis manos.

Tenía que ser él. El chico Dunbar.

—Eres un inútil —solté con enojo y comencé a recoger los papeles. Pero él ni se inmutó.

—Y tú eres una despistada —me paré con ya todos mis papeles en la mano y fruncí el ceño.

— ¡Tú eres el que venía corriendo por los pasillos! —Le reclamé y él soltó una risita sarcástica, que me hizo enojar aún más.

—Te pudiste haber corrido a un lado, pero no lo hiciste —tomó su barbilla pensativo—. Eso nos lleva a que querías chocar conmigo a propósito —sonríe orgulloso.

— ¿Te han dicho que eres un dolor en el trasero? —Rodé los ojos y me fui a mi siguiente clase, no sin antes chocar el hombro del estúpido. Noté como soltó un quejido. Sé que le dolió, pues a mí me dolió como mil demonios.

Luego de estar dos horas en historia, las cuales fueron las dos horas más aburridas de mi vida, tenía tiempo para ir a la cafetería.

Allí me lo crucé a Stiles.

—Olivia —sonrió y lo saludé.

Stiles estaba con dos chicos, uno alto y moreno, y una chica algo pelirroja con ojos verdes.

—Te presento a mis amigos, ellos son Scott McCall y Lydia Martin —los señaló a cada uno y les sonreí.

—Un placer —asentí y ellos sonrieron.

— ¿Quieres sentarte con nosotros? —Preguntó Stiles.

—Si no les molesta.

—Para nada —respondió Scott.

Ellos buscaron un lugar mientras Stiles y yo pedíamos algo.

— ¿Qué tal las clases? —Dijo Stiles con una mueca.

—Creo que bien —respondí—. La mayoría lo di en Canadá, y gracias a ti también —dije sin mirarlo.

—Qué bien —sonrió y volvimos con los amigos de Stiles.

El almuerzo fue algo divertido. Conocí un poco más a Scott y Lydia. Luego se sumaron dos chicas más. Kira y Malia. Esta última no dejaba de mirarme muy seriamente y no entendía porqué.

Al igual que Lydia. Cada vez que la miraba ella apartaba la mirada, pero sentía como me miraba intensamente.

Más allá de eso, lo pasé bien. Al menos no tuve que comer sola.

Me enteré por Stiles y Scott que hoy era la práctica de lacrosse. Ellos me invitaron y acepté con gusto.

Tenía clase de biología así que corrí hacia el salón ya que estaba llegando tarde.

Para mi suerte la profesora aún no había llegado así que me senté en el mismo lugar y esperé.

El chico Dunbar se sentó delante de mí y me miró con una sonrisa irritante para mí.

—Tú de nuevo —rodé los ojos y él rió.

—Tendrás que soportarme hasta que terminen las clases, señorita come libros —se rió de mi expresión al escuchar el apodo.

—No puedo creer que lo hayas hecho —pasé mis manos por mi cara con frustración.

—Claro que sí lo hice —él volvió a reír y se giró.

La profesora entró y todos se callaron.

—Tienen cinco minutos para ir a la página 16 y repasar para el examen que tendrán en este instante —muchos bufidos se escucharon.