Capítulo 20

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Disfruten este capítulo ;)


—Y... ¿qué dices? —Preguntó Liam.

La verdad estaba bastante calmada hasta que él me preguntó si quería entrar a su casa. ¿Acaso era una invitación para quedarme? ¿O solo estaba siendo gentil invitándome a estar a... tomar agua? ¿Quizás?

—Tengo un poco de agua oxigenada, por si quieres limpiarte esa herida —señaló mi cara. Miré por el espejo y efectivamente, tres líneas paralelas con sangre se encontraban en mi mejilla, aquel maldito tenía las uñas largas.

—Está bien —murmuré y él sonrió.

Bajamos y nos dirigimos hasta su casa. Él abrió la puerta y nos adentramos en ella. Su casa era bastante bonita, espaciosa pero no demasiado, muchas fotos familiares en las paredes y lucía muy acogedora.

— ¿Quieres un poco de agua? —Asentí y nos dirigimos a su cocina. Que bella cocina, pensé al instante.

Él me ofreció un vaso y no dudé en aceptarlo.

—Ahora déjame limpiarte esa herida —Liam se acercó a mí e hizo que me sentara en el taburete justo frente a él. Se colocó muy cerca de mí, mojó un poco del agua en algodón y comenzó a pasar muy suavemente sobre mi mejilla. No dolía para nada y quería decirle que no tardaría en curar, pero estaba disfrutando este momento.

Ambos nos miramos a los ojos por varios segundos, fui yo quien bajó la mirada primero. Me estaba poniendo más nerviosa de lo que debería.

—Listo.

—Gracias —le sonreí. Y por un momento nos quedamos en un silencio algo incómodo. Empecé a prestarle más atención al olor que había—. Liam —lo llamé.

— ¿Sí?

—Deberías ducharte, apestas a gasolina —dije sinceramente. Él olió también y asintió rápidamente.

—Tienes razón  —y subió las escaleras, se detuvo y miró hacia mí—. Ven no te quedes ahí.

Cielos.

Lo pensé dos veces y subí detrás de él con mucha timidez y llegamos a su cuarto.

Era el típico cuarto de adolescente. Cama doble en el centro, una televisión con videojuegos, armario y escritorio, además de sus pósters en las paredes. También algo desordenado.

—Pónte cómoda, iré a bañarme y vuelvo enseguida —me avisó y salió por la puerta.

Estaba paralizada en el mismo lugar hace cinco minutos.

Jesús, Olivia, relájate un poco.

¿Qué se supone que haga? ¿Me siento en la cama? ¿Me quedo aquí esperando? ¿Esto significa que me quedaré?

Decidí sentarme en los pies de la cama y respiré profundamente varias veces, al parecer funcionaba.

Pero todo se fue al carajo cuando Liam apareció por la puerta, con una toalla a la cintura y goteando agua por su cuerpo recién salido del baño.

Mi vista no se apartó de su cuerpo y sus abdominales marcados.

—Olvidé la ropa, lo siento —dijo avergonzado, buscó la ropa y salió muy rápidamente.

Salí de mi trance cuando pronunció las palabras. Y me pegué mentalmente por haber parecido una boba frente a él. Por poco no se me caía la saliva por la boca.

Pero de algo estaba segura, jamás olvidaré esa imagen.

Liam regresó al cabo de un minuto ya vestido con una camiseta vieja y unos pantalones de chandal. Sin embargo, yo no podía sacarme la imagen aún.

SHE WOLF ¹ | Liam DunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora