Sobreviví

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Mis ojos se abren y me retuerzo del dolor. Un grito escapa de mis labios.

Una enferma y un doctor entran corriendo y me miran sorprendidos.

—¿Cómo te sientes? —me pregunta el doctor.
—¿Acaso mi grito de dolor no es suficiente información para saber que me estoy muriendo del dolor? —contesto entre dientes.

Luego de eso el doctor checa mis signos vitales y la enfermera me inyecta algo para poder soportar el dolor.

—A tenido mucha suerte —me dice mientras revisa mi pulso—. Todos pensamos que no sobreviviría. Llegó aquí en un estado muy crítico.

Lo miro un momento y trato de olvidar la tortura que sufrí. Pensé que moriría, pero no, aquí me encuentro retorciéndome del dolor pero viva. Sobreviví al sanguinario ataque de un payaso psicópata.

—Sus padres están afuera, en unos minutos pasarán a verla. Pero antes tiene que hablar con la policía.

¿Policía? ¿Qué se supone que les diré? ¿Que un payaso gótico me atacó?
De seguro me enviaran a un hospital psiquiátrico.

Luego de unos minutos me quedo dormida. No sé si por el cansancio o por el líquido que me inyectaron.

Me despierto y me duele intensamente el cuerpo. Castañeo los dientes y aprieto las sabanas con mis manos. No soporto el dolor.

—Es divertido verte sufrir —me paralizo al instante. No quiero abrir los ojos—. Tienes la mala costumbre de cerrar los ojos cuando alguien te habla —dice notablemente enojado.
—¡Ayuda! —grito cuando abro los ojos y lo veo demasiado cerca de mí.
—Ahórrate el esfuerzo. Nadie te salvará —él ríe.
—¿Qué mierda quieres?
—Terminar con el trabajo —me dice levantándose.

Su estatura es intimidante, sus garras brillan en la oscuridad.
Antes de que me dé cuenta me encuentro corriendo fuera de la habitación gritando por ayuda.
No hay nadie.
El hospital esta desierto.

Joder, joder, joder...

Escucho su risa acercarse y entro en pánico. Empiezo a trotar y el dolor se intensifica. Lucho porque un grito no se escape de mi boca.
Llevo mi mano a mi abdomen y me encuentro con que está sangrando.
No puedo correr. Solo me queda esconderme, entro a la primera habitación que encuentro y me encierro en ella rezando porque no me encuentre.
Escucho unos pasos perturbar el espeso silencio. Pronto se alejan. Me he salvado.

Espero unos minutos en la plena oscuridad. Un líquido viscoso esta en el suelo y un olor fétido en el ambiente.
Cuando pienso que todo ha acabado busco a tientas un interruptor, cuando enciendo los focos y el cuarto se ilumina me encuentro con una escena sacada de una película de terror.

Las paredes salpicadas en sangre, justo ahora estoy situada bajo un gran charco de sangre. Él maldito demente adorno las paredes con los intestinos de sus víctimas.

—Nunca podrás escapar de mí —dice detrás de mí.

La historia se vuelve a repetir. Sólo que esta vez se que realmente me asesinara.

Me doy la vuelta y lo miro durante un segundo y observo como deja caer sus garras sobre mi cuerpo.

—¡Ah!
—Cariño, ¿qué sucede? —miro a mi izquierda y se encuentra mi madre totalmente angustiada.

Mi abdomen me duele infernalmente por el brusco movimiento que hice al levantarme de golpe. Fue un sueño...

—Laughing... —es lo único que logro articular.




El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora