El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)

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Cuando salgo de su oficina me voy directamente a mi habitación. No quiero hablar con nadie, solo necesito un momento de soledad para calmarme.
Pero cuando entro me encuentro con Jack muy cómodamente recostado en mi cama. Muy mal momento para aparecer.

—¿No crees que deberías estar con tu novia? —pregunto con amargura.

—¿Jill? Ella no es mi novia —contesta riendo. 

—Pues ella piensa que si lo eres.

Me mira con expresión divertida y yo sólo ruedo los ojos y me siento en el pequeño sofá.

—¿Cuándo se va a ir Sally? 

—No sé, ¿por qué lo preguntas? 

—Porque estoy harta de tener que soportar y de ver tu estúpida cara. Tan solo verte me revuelve el estómago.

Él luce ofendido. Se levanta y se va de la habitación.
Diablos, no era mi intención sonar tan dura, pero joder, lo único que necesito en este momento es estar sola. No quiero ver a nadie. Estoy cansada de todos y todo.

***

La noche ha caído. Son las doce en punto para ser exactos. 
Laughing no regresó a la habitación desde que se fue, y no lo culpo, yo tampoco hubiera vuelto después de como lo traté.

Abro la ventana. La noche es fría, el invierno aún no se ha ido por completo. Tomo mi sudadera y salgo sin hacer el menor ruido.

Empiezo a caminar. La noche es oscura y la única fuente luz con la que cuento es con la tenue luz que despiden la luna y las estrellas.

Y sólo por un momento me siento bien, me siento libre.
Aquí rodeada de una espesa oscuridad y en completa soledad me siento segura.

Camino despreocupadamente entre árboles y pequeños arbustos.
La fresca brisa y el olor a pinos me relaja y me hace sentir cómoda después de unas semanas llenas de tensión y estrés.

Cuando miro atrás, cuando recuerdo mi vida en la sociedad me parece un pasado muy lejano, demasiado para mi gusto.
Me pregunto si mis padres aún me extrañan o si me siguen buscando. Me pregunto si mis amigas aún piensan en mí. Si mi novio aún me sigue esperando o si ya se olvidó de mí.

Me pregunto cómo es la vida para todos ellos ahora que no estoy ahí.

Y me pregunto si descubrieron que yo era la asesina serial a la que tanto estaban buscando.
Y si lo saben, ¿las personas creerán que es cierto? ¿Mis padres piensan que soy una asesina?

Sólo tengo la respuesta a una pregunta. Jamás podré regresar. No puedo. No podría.
Supongo que ya no pertenezco a ellos. Y no lo haré nunca más.

Ya no soy la misma dulce e inocente chica de diecisiete años que era antes. No desde esa noche en la que mi pesadilla se presentó en mi habitación.
Supe que algo en mi había cambiado desde que desperté en el hospital. Desde que tuve esas sangrientas pesadillas donde revivía aquel violento ataque y en vez de perturbarme me dejaban sedienta de venganza.

Sí. Laughing Jack era mi enemigo. Y jamás dejaría de serlo. Me había arrebatado mi vida, a mi familia, a mis amigos... Me quito mi felicidad.

En tan sólo una noche me arrebató todo y me dejo pudriéndome en mi propio odio y rencor.
Y no planeo a dejar las cosas así. Voy a ajustar cuentas... Va a pagar por cada segundo de agonía, por cada lágrima, por cada pizca felicidad que me arrebató.