Jeff

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Escucho unas voces a lo lejos.
Mi cabeza duele infernalmente. Trato de abrir mis ojos pero mis párpados pesan toneladas.
Poco a poco el sonido se va haciendo sordo y vuelvo a sumirme en una completa oscuridad.

***

Despierto completamente. Me enderezo y bajo los pies rozando suavemente el frío piso de caoba.
Mi cuerpo esta entumecido y mi cabeza duele terriblemente.

Cuando trato de ponerme en pie caigo de bruces al suelo en un sonido sordo. Mi cara duele por el impacto.
Intento levantarme y después de un par de minutos lo consigo.
Arrastro mis pies por el frío piso y voy a mi tocador. Suelto un grito ahogado al ver mí reflejo.
Soy el vivo retrato del monstruo de mis pesadillas.
Mis ojos son de un color grisáceo, mi piel esta pálida y poseo la misma nariz de pene.

No. Dios, esta no soy yo.

La puerta se abre y aparece tras de ella la persona menos deseada. Jeff.

—¿Qué me ha pasado? —pregunto con un hilo de voz. 

—Eres una creepypasta. Eso pasó. Una laughing para ser exactos, lo cual es una pena porque creí que terminarías siendo una Killer. 

—¿Una Killer? —repito ofendida, mi deseo nunca fue ser esto. 

—Es irónico ¿no? Odias a Jack y terminas siendo una igual.

Él se ríe mientras yo solo me quedo estática tratando de asimilar todo esto.

—¡¿Quién me ha hecho esto?! —grito estallando en rabia. 

—No es necesario gritar. 

—¡Joder! Te he preguntado que si quién me ha hecho esto. 

—No te diré hasta que te tranquilices, jodida loca. 

—Entonces vete. 

—No lo haré. 

—¡Que te largues! —grito furiosa y los muebles en la habitación tiemblan y las cosas de los estantes se van directo al suelo.

Miro a Jeff boquiabierta y él me mira asombrado.
Esa no fui yo. No puede haberse tratado de mi, ¿cierto?

—Telequinesis. Demasiado increíble para tratarse de una estúpida payasa. 

—Vete, Jeff —digo seria—. Puedes insultarme después si quieres, pero ahora mismo quiero estar sola.

Él asiente con la cabeza y se va cerrando la puerta tras de sí.

Me miro de nuevo en el espejo. Soy un monstruo. Soy el vivo retrato de mi peor enemigo. Soy una Laughing. Laughing _____.

Toco mi rostro deseando que esto sólo sea una ilusión. Una broma de mal gusto o tal vez sólo un mal sueño.

Pero no. Esto es real. El reflejo en el espejo no es el de una chica común y corriente de diecisiete años de edad. Soy un monstruo. Soy una asesina. Y puedo sentir como el mal corre por mis venas.
Me dejo caer al suelo haciéndome un ovillo y llorando sin cesar. Si pensé que mi vida era una mierda, ahora es el doble de horrible.

***

Tocan la puerta y yo no contesto. No quiero hablar con nadie. Ya se los dije a Ben, Nina, Jane y Liu.
Solo quiero estar sola pudriéndome en mi propia desgracia.

Estoy en una fría y solitaria esquina llorando desde hace demasiado tiempo.

La puerta se abre lentamente y se cierra. Levanto la mirada y me encuentro con que Jeff esta recargado en la puerta.
No dice nada. Solo me mira. Me muevo incomoda en mi lugar. Él no parece tener intenciones de venir a consolarme como los demás querían pero no lo consiguieron ni de cerca.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunto cansada. 

—Los chicos están preocupados. 

—¿Y? 

—¡Por favor! No es tan malo como crees. ¿Qué tiene de asombroso ser un humano?

Lo miro por un momento. He dejado de llorar. Y la verdad es que me conmueve el hecho de que se haya tomado el tiempo para venir a darme un par de palabras de aliento.
Y no puedo evitar sentirme un poco aliviada, el ha venido a hablarme como a alguien normal no ha mirarme con pena como los demás.

—¿Sabes? Ahora que ya no eres humana te odio menos. 

—¿Ah sí? 

—No te emociones, eres una Laughing, detesto a todos los payasos estúpidos. 

—Al menos es un progreso ¿no? 

—Supongo... Pero eso no quiere decir que te trataré mejor. Seguiré siendo el mismo imbécil de siempre. 

—No esperaba que cambiaras, Jeff. Sé que ser un cretino de mierda esta en tu ADN. 

—Puedo ser un cretino... 

—Y un idiota, estúpido, odioso... 

—Está bien, ya entendí —me interrumpe—. Pero al menos soy guapo y no tengo una nariz de pene —de acuerdo, esto ya no me está gustando. 

—Deja de alucinar copia del guazón. Eres más horrible que el Chucky y el Exorcista juntos.
—Jódete envidiosa. 

—Púdrete maldito horrendo cara de vomito.

Él se ríe y se va de la habitación. Una sonrisa aparece inevitablemente en mi rostro.
Jeff es un idiota, pero no tanto como creía... 

El Enemigo [Laughing Jack Y Tu] (Book 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora