Capítulo 28.

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Llegué a casa casi a las 9:00 p.m. Emma estaría enojada conmigo porque ni siquiera tuve tiempo para contestar sus mensajes o llamadas. Estuvo mal, ¿por qué actue como un chico de 16 recien escapado de su casa? pensé una y otra vez que palabras eran las que debería usar para explicarle porque me había ido algunas horas, pero no encontraba algo que pudiera justificarme. La única solución, era mentirle. Y eso haría con tal de no hacerle daño.

一Zeth 一escuché susurrar desde la sala, ella estaba sentada allí acurrucada como siempre.

一¿Qué haces ahí nena? ¿Cuánto tiempo llevas allí? 一bajo la mirada, no lo sabía 一Vayamos a descansar, ¿quieres ver una película?

一¿Qué compraste? 一preguntó, emoción en sus palabras y yo solo quería desaparecer por ser un idiota. Olvidé comprarle algo, olvide hacer el motivo de mi salida.

一Soy un imbecil 一repentinamente comencé a reír, ella solo se negaba con la cabeza y el seño fruncido 一¿Puedes creer que lo he pagado y dejado en la misma tienda? mañana lo busco nena.

一Bien, cargame 一extendió sus brazos como toda niña mimada que quiere conseguir lo que quiere. No podía resistirme, caminé hasta ella y la levante en mis brazos sus piernas rodearon mi cadera y recostó su cabeza en mi hombro. Algo sucedía, dentro de mi había remordimiento de conciencia, toque su pequeño cuepro y ese sentimiento regreso. No, no estaba bien porque no podía ocultar que quería a Emma más que nada en este mundo. Esa es la única realidad dentro de todo este problema.

Emma y yo, pasamos un buen rato hablando entre risas, más risas. Disfrute todo ese rato junto a ella porque era imposible pasar un mal rato o simplemente aburrirme de verla sonrojarse. Un rato más tarde, ya casi llegando a ser de madrugada, Adam entra a la habitación.

一Zeth, ¿podemos hablar un momento? es algo de la motocicleta nada más 一asentí levantandome de la cama. Ambos salimos de la habitación, nos dirigimos al frente de la casa para hablar de lo que fuese que quería.

一Iré al grano 一aclaró su garganta e inicio a hablar 一Hace menos de una hora vino una chica. No se veía de nuestra edad, algo menor. Pregunto por ti solo le dije que estabas ocupado 一sonaba desinteresado en ese momento.

一No, la verdad no tengo idea de quien podrá ser.

一Pues ella parecía conocerte lo suficiente para lograr describirme como estabas vestido exactamente... mmm ahora mismo 一no debía mentirle, ya Adam sabía que nos conocíamos.

一Adam, amigo 一reí un momento parandome frente a él 一¿Estas insinuando algo? Porque si tu crees, que le haría daño a lo único que amo, estas mal 一respondí firme en mis palabras no tenía porque dar rodeos o titubear una respuesta convincente.

一Mira idiota 一enrollo su mano en mi camisa, con toda su fuerza me dio vuelta logrando acorralarme contra la pared.

Sostuve su mano, hice presión empujandolo lejos de mi particularmente la agresión no era una solución para mi, la es para cobardes. 一No se que pretendes, pero se que siempre te ha gustado Emma. No hace falta ocultarlo, porque no te culpo. ¿Quién no se enamoraría de un lindo rostro y una hermosa personalidad? ¿Quién no quisiera despertar cada mañana con una chica así a su lado? 一entonces, supe que debía detenerme. No porque lo que dijera fuera incierto sino porque malo o no, no quería hacerlo sufrir por un amor no correspondido.

一Ya sabes lo que se.

一No, en realidad no lo sabes. Lo único que sabes es que quieres separarnos a Emma y a mi, pero no funcionara. Porque no pienso dejarla ir.

Me marche de allí, tenía que ir a buscar a Effy para saber que estaba pasando. Podíamos ser amigos, pero no tenía nada que hacer yendo a buscarme mucho menos si no le había presentado a mi novia.

Días después (libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora