Capitulo 3

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Tras almorzar, comimos en casa de Harper y pasamos la tarde allí.

Al día siguiente, me desperté sobresaltada por un ruido.

Me levanté asustada y se oían pasos en el piso de abajo.

Intentando no hacer ruido, cogí una regla de metal que tenía en mi habitación y bajé lentamente las escaleras.

De repente el silencio se hizo presente.

Miraba el salón intentando fijarme en todo pero no había nada extraño.

Bajé el último escalón y me dirigí a la cocina con la espalda pegada a la pared para que nadie me atacase por detrás.

Las luces de la cocina estaban apagadas y la puerta casi cerrada.

Justo cuando iba a tocar el pomo, los ruidos empezaron a oírse arriba.

Tragué pesadamente y me armé de valor para subir.

Agarré más fuerte la regla de metal entre mis manos a medida que iba subiendo los escalones.

Cuando llegué me dí cuenta de que los ruidos venian de mi habitación.

Suspiré y caminé despacio hasta la puerta.

Con el pie, la empujé y vi que mis cosas estaban tiradas por todas partes.

Levanté la mirada del suelo y me encontré con el grave error de mi vida, Marcus.

-Hola Jaide- sonrió maliciosamente.

-¿Qué haces aquí? ¿C-cómo has entrado?- pregunté mientras retrodecía hacia atrás.

-Fácil, por la ventana del salón- caminó hacia mí a la vez que yo seguía retrocediendo- ¿No te gusta que te haga visitas?- hizo un puchero.

-No- agarré más fuerte la regla de metal.

-Vaya- se cruzó de brazos y paró de caminar cuando mi espalda chocó con la pared del pasillo- Y yo que pensaba que te gustaba que te visitase. Es raro que a tu pareja no le guste que le visites.

-Marcus, ya no somos pareja.

Empezó a reír.

-Claro que lo somos- otra vez estamos con las mismas.

-Rompí contigo idiota- intenté salir de ahí pero me cogió de la muñeca y me pegó con brusquedad a la pared- Marcus, déjame de una puta vez.

-No- sonrió y besó bruscamente mis labios.

Le cogí de los hombros y con todas mis fuerzas lo empujé, pero era obvio que él era más fuerte que yo.

No quería llegar a esto, pero cogí la regla de metal y le pegué en la espalda haciendo que Marcus cayese al suelo mientras gemía de dolor.

No sabía que hacer ahora.

Mientras él estaba en el suelo intentando levantarse, corrí escaleras abajo para salir de casa.

Abrí la puerta mientras oía los pasos de Marcus detrás de mí.

Justo cuando iba a poner un pie fuera sin mirar, Marcus me cogió del pelo fuertemente.

Mis lágrimas no aguantaron más y rodaron por mis mejillas.

-Perra de...- se detuvo.

Marcus se acababa de dar cuenta de que prácticamente estábamos en la calle y había una persona delante de nosotros, pero no abrí los ojos para ver quien era.

De repente caí al suelo ya que Marcus me soltó...

¿Marcus me soltó?

Abrí los ojos y giré mi cabeza para ver la escena que tenía detrás de mí.

Empecemos a cantar. 《S.M》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora