SHAWN
Abrí los ojos a causa de la luz que entraba por la ventana, parpadeé un par de veces para acostumbrarme a la iluminación de la sala y luego bostecé a la vez que me estiraba. Noté la presencia de alguien en mi izquierda, giré la cabeza y vi a Jaide tumbada con la cabeza apoyada en mi pecho. Sonreí inconscientemente y la agarré por la cintura mientras con la otra mano le acariciaba la mejilla delicadamente para no despertarla, pero no funcionó. Sonrió aún con los ojos cerrados y giró su cabeza para besar mi mano. Abrió los ojos y parpadeó un poco hasta que se acostumbró a la luz... se veía tan tierna. Apoyó la barbilla en mi pecho y cuando me miró le regalé una sonrisa. Los días junto a ella pasaban tan rápido que ya estábamos a finales de verano. Era alucinante lo que Jaide había aportado a mi vida en tan poco tiempo... Todo eran risas, abrazos, besos robados...
-Buenos días...- susurró mientras se acercaba para dejar un casto beso en mis labios.
-Buenos días...- susurré contra sus labios y sonrió para luego darme otro beso. Se estiró perezosamente y luego se sentó al borde de la cama.- ¿Sabes que día es hoy?- le pregunté mientras me volvía a estirar.
Me miró frunciendo el ceño.
-¿Lunes?- contestó con duda y yo hice un gesto con la mano para que siguiera- ¿Ocho de agosto?-asentí.- ¿Y qué pasa hoy?
Abrí la boca fingiendo indignación y me cubrí con las sábanas hasta la cabeza.
-Hey- la oí quejarse y se subió encima de mí.- Shawn- cogió la sábana y la estiró hacia abajo para poder ver mi cara.- ¿Qué pasa?- No le contesté. Al incorporarme me abrazó como un osito y, conteniéndome para no abrazarla de vuelta, me levanté con ella abrazada a mí. Salí de la habitación y separó su cara de mi cuello para mirarme. Estudió mi expresión unos segundos mientras fruncía el ceño- Háblame por favor.- Negué con la cabeza y hizo un puchero al cual no me pude resistir. Capturé sus labios con los míos y cogiéndola de los muslos la apoyé contra la pared. Noté como sonreía contra mis labios y enredó sus manos en mi pelo. Me separé de ella con todas mis fuerzas y la dejé en el suelo.
-Esto no significa que vaya a hablarte- dije al ver su cara de alegría pero en seguida puso otra vez cara de cachorrito. Miré hacia otro lado y seguí mi camino por el pasillo haciendo cuenta atrás para ver cuánto tardaba Jaide en decir o hacer algo. Justo cuando la cuenta atrás acabó, noté sus brazos enrollarse en mi cintura.
-Shawn por favor- dejó el cuerpo muerto de modo que la estaba arrastrando por el pasillo.
-Jaide...- le advertí escondiendo la sonrisa que se había formado en mi boca ya que la situación me divertía.
-Sólo dime que pasa- frené cuando estuve delante de las escaleras y negué con la cabeza.
-Como veo que no te acuerdas, tendrás que adivinarlo tú solita.- Desenganché sus brazos de mi cintura y bajé las escaleras. Justo cuando bajé el último escalón oí un gruñido y me giré encontrándome a Jaide tirada en el suelo al principio de las escaleras. Me reí y me miró sonriendo, pero la dejé ahí y entré en la cocina, viendo por último como le cambiaba la cara.
Miré el reloj y ví que ya era casi la hora de comer. Vaya, sí que nos habíamos levantado tarde. Me encogí de hombros mientras me acercaba a la nevera y saqué el zumo para servirme un poco en un vaso. Volví a dejar el zumo donde estaba cuando ya me había servido y cogí el vaso para darle un trago. Oí el portazo que daba la puerta de la cocina y me giré viendo a Jaide apoyada contra la puerta con los brazos cruzados.
-¿Se puede saber qué te pasa?- preguntó y parecía enfadada. Me terminé todo el zumo que quedaba en el vaso y lo dejé en la pila.
-¿Aún no lo has adivinado?- le miré y negó con la cabeza.- Pues entonces no puedo ayudarte.
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Empecemos a cantar. 《S.M》
RandomLa música fue un refugio para Jaide Sanders cuando pensaba que todo estaba perdido. Y desde ese refugio, observó una luz que la llevaría hasta las estrellas.